Sentado en la fría banca de ese parque te estuve esperando ese dia, quedamos en encontrarnos a una hora determinada, en ese tiempo no existían los celulares y a cada rato miraba como avanzaban los minutos en mi novedoso reloj Casio que me compré un dia que estuve lateando por el centro, mi corazón palpitaba de emoción esa emoción de estar enamorado, habían pasado quince minutos más de la hora establecida y no llegabas intranquilo me puse de pie y empecé a caminar como un idiota por el perímetro del parque mirando por cada una de las esquinas esperando verte aparecer y nunca lo hiciste, esa tarde batí mi record de espera fueron horas esperándote y agarrando coraje tuve que marcharme entrada la noche maldiciéndote y mentalmente mandándote a la mierda.
Al otro dia tus explicaciones estuvieron de mas, me decías un montón de pretextos pero yo ni caso te hacia, desde ese momento creo que lo nuestro estaba venido a menos yo era el mismo pero tu no, tu habías cambiado mucho y aunque no quería perderte la suerte estaba echada o acaso eran ciertos los rumores que escuchaba de boca de mis amigos, te lo dije y tu sonreíste burlonamente, eso me llegó al pincho y te mandé a la mierda allí mismo en ese mismo parque donde un dia antes te estuve esperando lo reconozco había perdido y me fui dejándote parada en la vereda con tu cara de imbecil queriéndome decir algo, ni siquiera di la vuelta para verte por última vez.
Llegué rabioso a mi casa y lo primero que hice fue buscar tus recuerdos, los cassets que me regalaste, los muñecos de peluche que me parecían cursi y que tu me habías dado, las cartas que me escribiste cuando aun la llama de ese amor todavía ardía y una que otra chucheria mas tuya, los metí todos en una bolsa y apurado me dirigí a la cocina tomé un poco de combustible y unos fósforos y salí corriendo al patio y le prendí fuego y no te miento si te digo que sonreía malévolamente al ver las llamas consumir eso que era tuyo.
Todo lo que me recordaba a ti se había quemado mejor dicho lo quemé, al ver las cenizas todavía humeante di la media vuelta y te mandé a la mierda por última vez. Nunca más te volví a ver.