sábado, 26 de mayo de 2012

QUIERO SER NIÑO DE NUEVO












Quiero ser niño de nuevo, para despertarme todas las mañanas sin ninguna otra preocupación de haber hecho mis tareas. Quiero ser niño de nuevo para disfrutar nuevamente de mis amiguitos y de los juegos de recreo en aquella escuela. Quiero ser niño de nuevo para sentarme a la mesa cuando este todo servido. Quiero ser niño de nuevo para jugar al “llanero solitario”  y  a policías y ladrones y en las noches juntarme con  todos los patas del barrio  para jugar a las escondidas, la bata o la mata gente. Quiero ser niño de nuevo para patear esa pelota y marcar esos golazos en  ese arco hecho de piedras en el Jirón Salaverry. Quiero ser niño de nuevo para ir con mi viejo a todos lados, para querer aprender a manejar su moto, para ir con él al estadio Monumental, para irme muy temprano de pesca y vivir mil aventuras, gozar del sol y de la lluvia sentirme libre y contemplar al arco iris  que brilla a lo lejos.

Quiero ser niño de nuevo para no preocuparme de nada  y soñar que ser cuando  sea grande; para sentarme en  el patio de mi casa  y  a pleno sol  cerrar mis ojos y soñar. Quiero ser niño de nuevo para esconderme debajo de las frazadas cuando se avecinaba una gran lluvia   con  los truenos y relámpagos retumbando  en mis oídos y yo temblando de miedo. Quiero ser niño de nuevo para temerle a la oscuridad y dormir con las luces prendidas.

Quiero ser niño de nuevo para hablar con mi abuela y bisabuela y preguntarles muchas cosas que nunca pude decirles y quitarme de muchas dudas. Quiero ser niño de nuevo para correr en la lluvia y manejar mi bicicleta hasta la laguna de Paca. Quiero ser niño de nuevo para escuchar la radio y ver la televisión en blanco y negro. Quiero ser niño de nuevo para  vivir sin computadoras y juegos de súper nintendo  y seguir siendo  inocente. Quiero ser niño de nuevo para ver un planeta sano sin plástico reciclable que contamine la tierra. Por eso y muchas cosas más quiero ser niño de nuevo.

viernes, 11 de mayo de 2012

EL HOMBRE DEL SOMBRERO ROJO











Desesperado y a toda carrera el ladrón  cruzó  la pista,  sorteando  varios autos  evitando ser atropellado; en su mano sostenía un maletín, la gente observaba  como aquel hombre  emprendía  su rauda huída, al cabo de unos segundos todos los que mirábamos atentamente como se alejaba nos dimos con la sorpresa de que éste era tenazmente perseguido por un  joven  que llevaba puesto un sombrero rojo y que en su mano derecha  no empuñaba  un  maletín  sino un revólver.



El  muchacho del sombrero rojo, se puso a escasos dos metros del  esquivo ladrón  alzó  la mano  con la que empuñaba el arma  y antes de que el ladrón  de  su último paso, el muchacho del sombrero rojo apretó el gatillo y un certero balazo atravesó  el cráneo  del fugitivo. Cayó pesadamente al pavimento y como dirían los diarios al dia siguiente, su cuerpo estaba bañado    en un gran  charco de  sangre.



El  muchacho del sombrero rojo inmune a todos, simplemente guardó el arma bajo sus ropas miró por un segundo el cadáver le dio un leve puntapié con la punta del zapato, cogió la bolsa y caminó despreocupado unos pasos ante la atónita mirada de los curiosos, detuvo  un taxi con la mano subió y así como apareció, se perdió  por aquella avenida transitada.