viernes, 11 de mayo de 2012

EL HOMBRE DEL SOMBRERO ROJO











Desesperado y a toda carrera el ladrón  cruzó  la pista,  sorteando  varios autos  evitando ser atropellado; en su mano sostenía un maletín, la gente observaba  como aquel hombre  emprendía  su rauda huída, al cabo de unos segundos todos los que mirábamos atentamente como se alejaba nos dimos con la sorpresa de que éste era tenazmente perseguido por un  joven  que llevaba puesto un sombrero rojo y que en su mano derecha  no empuñaba  un  maletín  sino un revólver.



El  muchacho del sombrero rojo, se puso a escasos dos metros del  esquivo ladrón  alzó  la mano  con la que empuñaba el arma  y antes de que el ladrón  de  su último paso, el muchacho del sombrero rojo apretó el gatillo y un certero balazo atravesó  el cráneo  del fugitivo. Cayó pesadamente al pavimento y como dirían los diarios al dia siguiente, su cuerpo estaba bañado    en un gran  charco de  sangre.



El  muchacho del sombrero rojo inmune a todos, simplemente guardó el arma bajo sus ropas miró por un segundo el cadáver le dio un leve puntapié con la punta del zapato, cogió la bolsa y caminó despreocupado unos pasos ante la atónita mirada de los curiosos, detuvo  un taxi con la mano subió y así como apareció, se perdió  por aquella avenida transitada.




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