Está sonando el teléfono, me da
flojera bajar al primer piso para contestar, dejo que suene pensando en que es una llamada sin importancia, al cabo
de unos segundos el teléfono deja de sonar y sigo con mis labores, pasan
algunos minutos y nuevamente suena el teléfono, allí sí que pienso que puede
ser una emergencia y bajo corriendo, desesperado abro la puerta del primer
piso, y me abalanzo sobre el teléfono para contestar.
_Alo (Contesto algo agitado)
_Buenos días con el señor xxxxxxx
me responde una suave voz
femenina.
_ Si, el habla (contesto)
_Señor xxxxxxx la saluda
María B…… del banco “X” para
comunicarle que usted ha sido elegido
por nuestra entidad para entregarle una tarjeta de crédito con una línea de crédito de diez mil nuevos
soles además podrá retirar de nuestras ventanillas en este mismo instante y con
solo presentar su DNI la suma de mil soles, me quedé mudo por un instante
dejando que termine su libreto la fulana.
_ ¡Señor está usted allí!
_ Si señorita, aquí estoy le
respondo con todo respeto pero con ganas de mandarla a la mierda y colgar el
fono.
_ ¿Que dice a todo lo que le
comenté señor?
_ La verdad señorita ahora
estoy ocupado y no puedo decidir en este
instante sobre lo que usted me está ofreciendo, que le parece si la llamo mas
tarde y le confirmo mi decisión.
_ Bueno señor en todo caso le
dejo mi número de teléfono para que usted me pueda llamar y poder confirmar la
entrega de su tarjeta ¿Está bien?
_ ¡Claro! A ver dícteme su número
por favor.
_ Está bien tome nota por favor:
45678945, ¿Lo copio señor?
_ Si, señorita lo acabo de anotar
entonces yo la llamaré más tarde.
_ Esta bien señor estaré
esperando su llamada que tenga un buen día.
Colgué el teléfono y me pongo a
pensar de cómo diablos a obtenido mi numero la condenada María B. del banco “X”, para que me este llamando
insistentemente ofreciéndome algo que no me da la gana de aceptar, y regresé algo mortificado a continuar con mis labores.
Desde luego que no tome nota de ningún teléfono y mucho menos tuve la intensión de llamarla.
Es sábado y mi celular esta
timbrando.
_Aló
_Aló, Luchito soy yo, tu pata Edelmiro.
_ ¡Ah! Hola Miro (así le digo de cariño) ¡que tal!
_Aquí hermanito, llamándote para decirte que no te
vayas a olvidar de la reunión que tenemos en la iglesia es a las 4pm.
_Está bien Miro, cualquier
cosita te estoy llamando. Luego cortésmente
de despido.
Edelmiro no tiene la más remota
idea que no me interesa para nada esa reunión en “su” iglesia y desde luego que
no fui y nunca lo llamé.
Algunos días después mis amigos me comunican que vamos a almorzar en un restaurante limeño y nos tomaremos unos tragos me indican que
pase la voz a Toño, me doy un tiempo y
decido llamarlo en la noche marco el celular y se da el siguiente dialogo:
_Alo, Toño.
_Si. ¿Quién habla?
_Soy yo Luchito.
_ ¡Ah! Hola tío, como estas que
cuentas, a que debo el honor de tu llamada.
_ Aquí pues tío, para comunicarte
que la gente está organizando un almuercito por el centro de Lima. El día sábado
a las dos de la tarde.
-¡Pucha! Hermano la verdad que no voy
a poder ir, pero de todas maneras gracias por acordarse de mí. En todo caso si
es que me animo te doy una llamadita para
que me digas en donde están y voy
al toque.
_Ok está bien así quedamos
entonces. Cuídate ya estamos hablando.
Desde luego que el pendejo de
Toño nunca me llamo y mucho menos fue al almuerzo.
Lunes en la mañana se presenta un
inconveniente en el trabajo, trato de solucionarlo pero es imposible, un
cliente me pide preguntar a mi jefe sobre un reclamo pendiente, cojo el
teléfono y marco su número:
_Aló, señor
Armando, le habla Luchito, tengo una persona en la oficina y me dice que
Ud. ya solucionó un reclamo que él tenia, me dice que habló personalmente con
usted el día Viernes y que está todo arreglado.
_Haber, déjame ver mmmm …… ¿como
dices que se llama el señor?
_Es el señor Pérez
_La verdad no me acuerdo, déjame
ver si encuentro su documentación, me
tomará unos minutos, dile que espere un ratito por favor, yo te llamo en un
toque y te confirmo si su documentación
esta conforme ¿Si?
Desde luego que pasaron los
minutos y el maldito de mi jefe nunca llamó, volví a marcar su número y había apagado
el celular. Se pasó de pendejo.
La situación era apremiante y
llamé a mi mujer:
_Aló cariño
_ Si dime ¿Qué pasa?
_Cariño sabes, necesito que me mandes unos datos, encima de la mesa dejé
mi agenda por salir apurado, quiero que me dictes el número de teléfono de una persona.
_Está bien, dame el nombre y ni
bien lo tenga te llamo para decirte el número.
Sigo esperando su llamada.
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