viernes, 16 de septiembre de 2011

NUEVAMENTE JUNTOS




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Desde hace mucho tiempo me hacia esta pregunta:



¿Qué será de mis amigos de la escuela?



Y conforme fueron pasando los años esta pregunta nunca se disipó, creando más incertidumbre a medida que el tiempo cruel seguía avanzando alejándome totalmente de ellos y solo los vagos recuerdos de sus nombres y sus características físicas se mantenían en mi trajinada memoria, solo mi pensamiento lograba dibujar en un lienzo imaginario las imágenes de mis recordados “compañeritos”. Pero había un problema, ya eran personas adultas pero yo todavía los recordaba niños.



De esta manera trataba de mantener vivos los recuerdos y las anécdotas de esa época maravillosa que fue mi infancia en la escuela, aunque en casa con algunos problemas como creo que todos los hemos sufrido pero que fueron superados con inteligencia por parte de nuestras familas. Cuando terminé la escuela y comencé el colegio casi de inmediato perdí contacto con la mayoría de ellos, en especial con las chicas que pasaron a los colegios de mujeres y aquella pequeña distancia entre colegio y colegio fueron enfriando poco a poco esa cálida amistad que nos unía, los varones nos volveríamos a encontrar si no era en las aulas lo sería en los patios del colegio “San José” de Jauja, que era el único de nivel secundario en esa época, si mal no recuerdo con uno o dos de mis amigos de primaria llegué a estudiar los cinco años de secundaria y allí con los demás sólo cruzaría un par de palabras al verlos “hola” y “chau”.



Tuvieron que pasar más de dos décadas o tres para poder ubicar nuevamente a algunos de esos “niños” convertidos ahora en hombres y mujeres de provecho, muchos de ellos convertidos en entusiastas y responsables padres de familia y buenos profesionales gracias a las sabias enseñanzas de la maestra Bety, la estricta y exigente Bertha Rafael, forjadora de varias generaciones de estudiantes a quien ella supo llevar por buen camino y le estamos eternamente agradecidos por su sacrificada labor. Probablemente como ninguno de nosotros tiene la vida comprada algunos de momento ya no están en este valle de lágrimas, como es el caso de mi recordado amigo Antonio, “Toño” para nosotros, siempre te recordamos amigo “Toño”.



Pasaron muchos años y gracias a la tecnología y la modernidad de las comunicaciones actualmente, nos facilitó el poder contactarnos y de a pocos organizar una reunión entre todos nosotros, era un sueño que estaba convirtiéndose en realidad, si, mi mayor sueño es estar todos juntos nuevamente reunidos en una gran aula y vistiendo el famoso uniforme escolar y estar allí sentados recibiendo una interesante lección de Bety mi maestra. Soñar no me cuesta nada.



Junto con mi entusiasta y colaboradora amiga Rosa Meza, un dia pensamos hacer lo imposible y tratar de reunir a todos los compañeros de la promoción de la primaria, ardua tarea tuvimos en tiempo record ya que no es tan fácil hoy en día en una gran ciudad como esta, tener un poco de tiempo para disfrutar de la compañía de grandes amigos, dejar de lado un rato el asfixiante trabajo y la responsabilidad de la familia y de los hijos, pero tengo que reconocerlo y decir que valió la pena el esfuerzo, nada más gratificante para el alma que ésta alegría y la emoción de volver a verlos y poder hablar con ustedes. Poder compartir ya no una lonchera y un refresco, sino más bien un delicioso almuerzo y una refrescante cervecita añorando aquellos años vividos y gozados en la querida Jauja.



Como era de esperar al estar sentados alrededor de la mesa de un conocido restaurante todos los que pudimos asistir estuvimos más que felices, y pudimos observar que los años no pasan en vano, que ya no somos niños, que al contrario ahora somos padres de familia pero ese alma de niño que tenemos nunca desaparecerá de nosotros. Sentados allí los recuerdos no se hicieron esperar, y todo giraba entorno a Bety, recordando su carácter y su temple, su esfuerzo para darnos lo mejor, recordamos las canciones que entonábamos en el aula, aquellas canciones que cantábamos a todo pulmón para hacer sentir a los demás que éramos los mejores de toda la escuela, y nos preguntamos:



¿De donde sacaba las canciones Bety?



Cierto, digo yo, de donde sacaba las canciones Bety, de algún olvidado libro acaso o de algún baúl mágico que ella tenía en casa, y nos animamos a cantar y tararear algunas, para que sepas Bety, todavía nos acordamos de todas ellas y con las letras completas y entre risas y aplausos te recordamos. Tu persona siempre esta y estará presente en todos nosotros, por el resto de nuestras vidas sirviéndonos de ejemplo, siento que fueron los seis mejores años de nuestras vidas y no estoy exagerando, pero como siempre la cochina política tuvo que tocarnos un día para dividirnos y convertirnos en traidores y traicionados pero de eso prefiero no acordarme.



Esto hizo que nos mudáramos a otro lugar, otra escuela que nos recibió con los brazos abiertos y nosotros siempre a tu lado, renaciendo como el ave Fénix, muchos se fueron pero también otros muchos llegaron y hasta nos faltó espacio para poder acogerlos pero allí nos acomodamos, por todo lo que hiciste por nosotros te estaremos eternamente agradecidos, UN MILLON de gracias Bety.



Para todos mis compañeros que asistieron gracias, gracias a ustedes Rosa, Patricia, Teresa, Karen, Kathya, Mariela, Marco, Juan, Luis.



A los que no pudieron asistir los comprendemos ya tendremos otra oportunidad para estar juntos nuevamente y estoy seguro que seguiremos sumando para futuras reuniones en algún lugar de este maravilloso país y por que no en nuestra querida y añorada Jauja.





Saludos cordiales a todos ustedes.

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