sábado, 25 de febrero de 2012

GOOD BYE







Despierto  todavía un poco mareado, mis ojos somnolientos ven  en un rincón de mi habitación la botella de  ron  totalmente vacía  tirado en un rincón junto con el vaso , la alfombra esta ligeramente manchada  de un color acaramelado, y en la pequeña  mesa de centro las dos cajetillas de cigarro  vacías  una de ellas  completamente   arrugada y contraída, los puchos regados por el piso  y el penetrante olor a alcohol y humo de cigarro me producen  arcadas que logro  controlar respirando profundamente y evitando así el vomito.

Lentamente me pongo  de pie y recorro  pensativo el perímetro de mi habitación, el desorden es total  hace semanas que no  limpio, no quiero echarte la culpa de esto, ya de nada vale. Mi vida se está consumiendo lentamente  y tu recuerdo cada vez se hace más pequeño, he logrado olvidarte pero todavía una parte de ti está conmigo, y no sé hasta cuándo. Presuroso abro la  refrigeradora y lo primero que busco son las latas de cerveza, cojo cuatro y camino hasta la sala para sentarme en el sofá, me acuerdo de Air supply  , lata en mano   comienzo a buscar el CD. Desesperado tiro de un manotazo  al  piso todos los discos, busco con la vista y ¡Allí esta! Lo encontré,  saco el disco del estuche y  lo inserto en el equipo, vuelvo al sillón y destapo otra lata; cierro los ojos y pienso en ti.

Van pasando los minutos y decido poner fin a todo esto, no quiero pensar más en ti ni  en nada quiero salir de esta situación , estoy seguro que puedo lograrlo, seguro de hacer muchas cosas buenas hasta imposibles pero simplemente no quiero hacer nada, bruscamente me pongo de pie y me dirijo a la cocina desesperado busco algo  que me pueda ayudar , agarro una enorme taza y comienzo a preparar la mezcla con lo que encontré debajo del lavadero :  un poco de lejía, otro poco de acido muriático algo de agua y mi cerveza. Taza en mano regreso al sofá  me siento cómodamente  pongo el cojín  debajo de mi cabeza y cierro los ojos por un instante antes de beber.

No estoy pensando en nada ni en nadie, solo escucho la canción de los australianos que en una parte dice : “Prefiero hacerme daño  antes que hacerte llorar” y  bebo mi mortal trago de un sorbo, no siento dolor ni remordimiento solo sé que hago lo correcto y te digo adiós (GOODBYE)  cerrando mis  ojos  quedándome dormido para siempre.

lunes, 20 de febrero de 2012

PESADILLA








Estaba seguro que habían pasado muchos años después de los hechos, llevaba una vida normal y  me sentía confiado de que nadie sospechaba nada de mí, incluso me había casado y tenia una  familia bien constituida, también estaba convencido de que mi pasado a nadie le importaba no era un personaje publico y que al contrario pasaba lo más desapercibido posible como cualquier ciudadano común y corriente de esta ciudad.



Casi había olvidado por completo esa parte de mi vida, o mejor dicho no lo quería recordar el tiempo se había encargado de borrarlo todo de mi memoria; tengo un trabajo digno y muy buenos amigos vivo sin hacerle daño a nadie y trato en lo posible de seguir triunfando en este mundo. Nada me hacia presagiar de lo que me estaba por suceder, había tomado mis precauciones durante todo este tiempo y estaba seguro de que el pasado ya había quedado muy lejos pero me estaba equivocando.



Esa madrugada fui interrumpido por un alboroto la bulla  en la calle, los  gritos y  galopes  de suelas de zapatos que corrían en varias direcciones, tuve que levantarme de la cama para salir a ver de que se trataba y al abrir la puerta  quede totalmente paralizado al ver  a ese patrullero estacionado justo al frente de mi casa, intenté ingresar de nuevo cuando la voz enérgica de un policía me detuvo: ¡Hey un momento por favor!  Me ordenó, lentamente me di la vuelta y pude verle el rostro trigueño y el abundante bigote debajo del quepí mostrándome una sonrisa de confianza, me puse lo más sereno posible y contesté: Buenas noches oficial dígame Ud. en que lo puedo ayudar. Necesito saber su nombre me dijo acariciándose la barbilla y se lo di, mire mi amigo estamos buscando a una persona que hace muchos años ha desaparecido  a lo mejor usted lo conocía y sabe algo y por ahí nos ayuda. No lo creo oficial  contesté con seguridad y  mi recuerdo me traslado hasta ese día, hasta ese maldito día en que no hubiera querido que exista en el calendario.



Lo estaban buscando, se me hacia raro que después de muchos años lo busquen y que por esos días nadie investigó nada de él, acaso habían encontrado el cuerpo que tan celosamente escondí, mejor dicho enterré y además estaba recontraseguro de que nadie me había visto, esa noche estaba solitaria y oscura cuando él apareció de improviso,  me agredió y me quiso robar usando un  enorme cuchillo  yo reaccioné hábilmente quitándoselo y nos enfrascamos  en una pelea donde yo estaba muy enfurecido y no iba a permitir que un sujeto como él se salga con la suya, me acordé de todas sus indefensas víctimas y quise tomar venganza en nombre de ellas, pero el al verse indefenso empezó a correr y lo seguí, lo alcance en un callejón donde no tenía la oportunidad de escapar  lo acorrale  blandiendo el arma en una de mis manos y lo apuñalé una y otra vez sin escuchar sus suplicas, sin oír sus ruegos  de cobarde  hasta dejarlo totalmente quieto, miré para todos lados y no había nadie, apresurado escondí el cadáver ensangrentado detrás de un muro y me dirigí a la casa de un amigo, le conté lo ocurrido y con su ayuda trasladamos al muerto lo más lejos posible del lugar.



Lo llevamos a un cerro alejado de la ciudad donde estábamos seguros de que nunca lo encontrarían, cavamos una fosa profunda y allí mismo lo sepultamos, lejos de todo el mundo y seguros de que ninguna persona conocida nos había visto y mucho menos un extraño, estaba seguro de ello pues por esos días  nos hicimos a los locos y preguntábamos a los vecinos si habían visto o escuchado algo fuera de lo normal esa noche y todos dijeron que no habían visto ni oído nada, pasaron los días y los meses y nunca nadie dijo nada, ni la policía vino a investigar algo, pero ahora se me hacia raro que vengan y de frente me pregunten por él, acaso fue mi amigo quien me delató lo dudo él hace muchos años que está en el extranjero y así como yo también olvidó el asunto y quiere borrar ese día de su existencia por eso digo que no creo que sea él.



Bueno señor, si usted recuerda algo  o tenga algún dato que nos pueda proporcionar  no tiene nada más que acercarse a la comisaría y hacer su declaración  de todas maneras ya sabemos dónde ubicarlo. Exclamo el policía; Esta bien oficial le respondí lo más sereno posible y sin mostrarme nervioso, así lo haré y ahora si me permite me retiro, siga usted y que descanse me dijo, se subió lentamente  al patrullero y se fue.



Pensativo ingresé a mi casa y me rompía  la cabeza pensando que había hecho para que después de muchos años me tuvieran cercado, como si todo hubiese ocurrido recientemente, no dije nada a mi familia y mi martirio siguió al punto de deprimirme, ¡no puede ser! me decía y un dia decidí salir de dudas y me dirigí sólo al cerro alejado a constatar si el cuerpo seguía en ese lugar, me quedé asombrado cuando vi que en el mismo sitio donde había sepultado a ese maldito había construido mi casa, sin tiempo que perder comencé a cavar con tal desesperación y ansias que en pocos minutos ya veía la osamenta del maleante, estaba allí y no habían dudas  de que la policía no-tenia pruebas de mi delito  a lo mejor hasta ya prescribió pensé en silencio, me disponía a tapar la fosa cuando escucho la voz ronca del policía que me había localizado días atrás.



Mi corazón  empezó a latir  muy rápido y  mi respiración se entrecortaba,  estaba sudando frió y mis manos empezaron a temblar ¡Puta madre! Balbuceé asustado, cuando de pronto empecé a oír  la voz de una  mujer que me decía: -¡Que pasa! -¡Despierta!- Que te sucede, y me sacudía fuerte de los brazos, abrí mis ojos estaba en una oscuridad total y todavía no podía respirar bien, luego   una tenue luz  iluminaba el ambiente estaba en mi cama pero  muerto de miedo poco a poco empecé a tranquilizarme  y mi esposa me comentaba que me movía mucho y que flexionaba mis brazos y mis piernas como queriendo correr, y escapar de algo o alguien, has tenido una pesadilla me dijo y no estaba seguro de eso, no pude dormir más y por varias horas estuve convencido que había cometido ese crimen. Hasta en el trayecto para irme al trabajo al ver un policía un extraño miedo recorría mi cuerpo, tuvieron que  pasar días para convencerme de que solo había sido  una pesadilla.

martes, 7 de febrero de 2012

MALDITA TECNOLOGIA





El  conductor del programa de radio por las tardes, un conocido periodista nacional  trata con su invitado  un   psiquiatra limeño el tema de sexo después de los cuarenta, el tema me parece interesante, bueno más que interesante morboso diría yo y escucho atentamente todos los pormenores del tema el periodista y el psiquiatra hablan a “calzón quitao” y hacen un preámbulo antes de recibir las llamadas telefónicas del público.

Primera llamada, una señora de unos cuarenta y tantos años ha llamado y expone su caso ante la atención de los dos personajes que escuchan atentamente a la tía : Los tiempos han cambiado dice ella ya no es como antes y mi esposo a cambiado mucho y me tiene muy preocupada no se qué hacer continua diciendo la doña, se queja de la tecnología  y le echa la culpa al avance tecnológico de lo mal que anda su matrimonio en estos tiempos, el conductor le dice que sea más específica y que explique a que se refiere con eso de la tecnología, la señora  da un leve suspiro y continua diciendo :

Doctor  quiero que me ayude , en las noches mi esposo más para ocupado en su teléfono celular  si no está hablando esta chateando a cada rato con sus “amigos”, mientras yo estoy en la cama echada y llamándolo  a cada rato pero él ni caso me hace y sigue  el bien sentado  frente a la computadora chateando o en todo caso está viendo la tele o si no está jugando con su celular, conductor e invitado hacen un pequeño comentario y sonríen sarcásticamente y agradecen la llamada de la señora, yo solo me sonrió de tal situación porque me parece un poco graciosa.

Segunda llamada, un fulano  que dice  tener más de cincuenta años  y se jacta de ser un semental, cuenta  el  que sin sexo no puede vivir y que él lo hace en la mañana en la tarde y en la noche,  el conductor y su invitado sueltan una tímida risita y yo me cago de la risa, continua diciendo el tipo de que el no necesita ni viagra ni nada de esas cosas él así no más fácil dura más de una hora teniendo sexo ¿Una hora? Interroga el conductor asombrado, pero por dentro yo se que se caga de risa al igual que yo, el oyente sospecha eso y aclara con voz contundente  ¡En serio ah! Estoy diciendo la verdad, y para variar el pata de los efectos le pone una frase que dice “si cuñao” y me sigo matando de la risa, ellos también se ríen y agradecen la llamada después entre los dos se encargan de hacer leña al patán este que se cree un toro.

Siguen pasando las horas y  estoy sentado frente de mi computadora, no sé como pienso en la primera llamada y al instante apago todo,  tiro a un lado el celular, ya no  me dan ganas de ver la tele  apago todas las luces mando al diablo a toda la tecnología y apresurado ingreso a mi habitación  lentamente me meto a la cama y ………… aquí termino mi relato.


POR AQUEL CAMINO POLVORIENTO



Sentado a la entrada del  vetusto  portón de madera en un pequeño corredor techado de  ocres tejas para cubrirse del esplendido sol serrano  de la tarde  se encontraba  él, viejo y maltrecho postrado en unos pellejos masticando  sus hojas de coca y sus penas, su melancólica mirada se perdía en el inmenso valle que lo rodeaba las verdes chacras y la leve brisa  acompañada de los esporádicos trinos de las pájaros  lo hacían más sensible  y su recuerdo  lo llevó  de improviso a esa fecha , a esa  noche  fatal de hace veinte años atrás, cerró los ojos y  recordó al Antuco su único hijo , recordó su mirada lastimera  pidiendo ayuda, recordó que le estiraba los brazos para poder sujetarlo mientras era arrastrado por ese grupo de hombres que ocultaban sus rostros tras un pasamontañas negro y  que portaban enormes fusiles en una de sus manos.

Triste ahora se culpaba silenciosamente de no haber hecho nada por el Antuco, quizo ayudarlo pero el metal frio que sintió en su cabeza  lo detuvo de cualquier intento, desde aquella fecha su vida había cambiado radicalmente, pasó semanas enteras buscándolo de pueblo en pueblo, preguntando a cada persona que  se le cruzaba y dando las características del muchacho, nadie le daba razón alguna de su hijo. Hasta la Carmincha su mujer se  había ido de su casa dejándolo  solo, echándole la culpa de todo y desde esa vez todas las tardes eran un martirio para él, solía sentarse por horas en la entrada de su casa mirando el atardecer y el horizonte chacchando la amarga  coca  tratando de endulzar sus  momentos tristes con algo de esperanza.

Toda la gente del pueblo pensaba que se había vuelto loco, se convirtió en un hombre de pocas palabras pero nunca dejó de trabajar sus tierras, su mutismo no extrañaba a ningún poblador de Kurimarca  y   su soledad tampoco, solo algunas veces cuando se excedía en beber  la caña hablaba  consigo mismo como si dialogara con  otra persona, también se le escuchaba nombrar al Antuco y hasta le daba algunos consejos a ese hijo que solo estaba mirando  en su imaginación. Luego   lloraba como un niño y maldecía a esos hombres que se llevaron a su hijo por aquel camino oscuro  arrastrándolo como si fuera un  bulto, ¡Dios sabe a dónde se lo habrían llevado! Murmuraba.

Los años fueron pasando lentamente y en su angustia el viejo seguía preguntando por su hijo, hacía inverosímiles comparaciones con otros jóvenes que habitaban en el pueblo, éstos solo sonreían lastimeramente ante las absurdas palabras del viejo loco. Hace varios años que la paz había retornado al país y a su pueblo, las autoridades y los medios de comunicación informaban de grandes cambios, por todos lados se denunciaban abusos y desapariciones sus  vecinos lo animaron a denunciar su caso y hasta lo  acompañaron  a la oficina que estaba a un costado de la alcaldía, resuelto y un poco tembloroso el  anciano  se acercó ante el fiscal e hizo su denuncia.

Ahora  estaba allí sentado al lado del viejo portón como  todas las tardes  sobre un  montón de pellejos  sucios, sólo  y   mirando el polvoriento camino masticando las verdes hojas de coca que su temblorosa  mano lentamente llevaban a su boca, observaba  el horizonte quizás esperaría veinte años más eso a  él no le importaba, según él tenía todo el tiempo del mundo para ver al Antuco  aparecer por aquel camino polvoriento.