sábado, 12 de enero de 2013

MACHETE MAN












El hombre  ingresaba a emergencia del hospital con una herida sangrante  en el cuello, un corte de regular dimensión que le ocasionaba una profusa hemorragia, visiblemente asustado se aferraba a la camilla y gritaba de dolor, la toalla que cubría su cuello estaba totalmente mojada  por la sangre que manaba de su cortado cuello. Llamó la atención que el muchacho se encontraba desnudo, cubierto  sólo  con  una sábana  blanca.
Desde un inicio  el herido no   pudo o mejor dicho no quiso  explicar las circunstancias en que había sido cortado, los médicos le dieron prioridad a suturar  el enorme corte de más o menos diez centímetros de longitud dejando de lado las explicaciones, eso vendría después se dijeron. Mientras el cirujano aguja en mano procedía a coser la piel  del cuello de la victima; éste evitaba  y esquivaba las preguntas de los galenos y enfermeros con respecto a como se había hecho tan profundo corte  y que por  poco le cuesta la vida.
Una vez brindados los auxilios médicos, fue trasladado a una sala de recuperación, dándole una cama temporal para su  descanso.
_ ¿Ha venido usted solo? Preguntó el médico de guardia.
_No, mi esposa me ha traído en un taxi. Respondió el recién cocido aún con síntomas  de dolor.
Fue en ese instante en que se hace presente el policía para tomar la declaración del herido, luego de preguntar la identidad del muchacho y otros datos que no vale la pena entrar en detalles. El oficial le preguntó que como  o quien le había  cortado el cuello y con que, ya que el diagnóstico del médico especificaba: Herida profunda, corte de  diez centímetros aproximadamente en el cuello hecha por un arma punzocortante. El muchacho miraba a todos lados  avergonzado se puso nervioso y sonreía tímidamente cuando miraba a sus inquisidores. En otro ambiente la esposa estaba siendo también interrogada con la finalidad de tener las dos versiones. Para confrontarlas.
El muchacho ante tanta presión decidió contar su verdad o mejor dicho la verdad.
Doctor, dijo y policía y médico pararon las orejas.
_Esto es lo que realmente sucedió:
_Lo que pasa es que yo estuve teniendo relaciones con mi esposa en nuestra habitación, y siempre antes de cada relación nosotros tenemos nuestros “jueguitos” y algunas fantasías  eróticas, para hacer mas placentera  y excitante nuestra vida sexual, a veces nos disfrazamos de algunos héroes de los comics, otras de policía y ladrón, de médico y enfermera, de bomberos, de soldados, de animalitos  y… ¿ustedes me entienden no?
Los dos interrogadores se miraron sorprendidos  sin poder evitar  una  sonrisita  cachacienta.
_ Bueno si, y que más cuénteme que pasó, dijo el médico morbosamente queriendo saber los  detalles  del confuso incidente. El policía era todo orejas.
_ Lo que pasa, es que esta vez se me ocurrió hacer de Conan el Bárbaro y  mi mujer de Sheena,  la Princesa  Guerrera.
 ¿Saben?
Estaba tan excitado haciendo ese personaje, era algo que nunca antes había  sentido  con los otros  caracterizados, esto era algo especial, estaba eufórico, extasiado haciendo de Conan, para ello en ves de una gran espada utilicé un machete, doctor.
¿Y…yyyyy?
Preguntaron al unísono los dos morbosos.
Para esto hice que mi mujer se ponga en posición de perrito mientras yo  por atrás hacía mi trabajo, blandiendo  el  filudo machete y penetrándola  con fuerza mientras estábamos en pleno acto mi excitación fue a mayores   y comencé a hacer círculos en el aire  con el machete que  tenia en mi mano derecha  y con  mi otra mano sujetaba la cadera de mi amada, y en un descuido ¡ZAS! Se me escapa el machete  y la hoja fue a dar directamente a mi cuello doctor.
Los dos señores empezaron a reír.
El policía era el que mas fuerte  reía.
¡Carajo! Te has podido matar, dijo el médico.
El muchacho avergonzado bajó la mirada y no quiso seguir hablando. Hubiera preferido haber inventado otra historia pero estaba la versión de su esposa y si esto no coincidía ambos hubieran tenido problemas.
_ Ahora entiendo por que estabas desnudo y solo cubierto por una sábana. Acotó el galeno.
En el otro ambiente la esposa del susodicho daba la misma versión de los hechos ante otro policía.
Después de unos días el muchacho fue dado de alta.


Luis Aranda Cruz
Enero de 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario