lunes, 14 de febrero de 2011

BETTY MI MAESTRA



Bueno ahora me toca decir algo sobre una persona que a lo mejor pulió mi personalidad, de ser un chico tímido a tener las agallas suficientes para afrontar un reto,me estoy refiriendo a mi maestra de primaria, la gran Betty ,para lo cual me remontaré muchos años atrás, en mi ciudad natal la bella y apacible Jauja, alguna vez escuche que estar en Jauja es estar en el cielo, pero bueno, por esos años mi madre me matriculó en la escuela mixta 30487, mi hermano mayor había terminado la primaria allí teniendo como maestra también a la querida Betty, mi madre era muy amiga de ella y es por eso que no dudo en matricularme con Betty.


Betty era muy disciplinada, poco o nada recuerdo de los primeros años, de los últimos si tengo muchos recuerdos, nuestro grupo era muy numeroso, el aula que quedaba en el segundo piso de la vieja casona albergaba a más de cuarenta niños, recuerdo una vez que fui injustamente castigado por la implacable Betty, creo que fue por culpa de una policía escolar de otro salón que nos cuidaba, algo le dijo de mi y Betty que no creía en nadie solo en ella misma me castigó, me hizo arrodillar por buen tiempo a la entrada del salón creo que hasta la hora de salida, ese día la odié.

Algunas veces le confiaba a mi madre mis secretos íntimos o mis planes para el futuro pensando que no se lo diría a nadie, pero un día fuimos a visitar a Betty a su casa, recuerdo de su padre tenía una ferretería en la Alameda y hasta allí fuimos con mi madre a comprar algo para la casa, nos encontramos con Betty, luego de saludarla mi madre y ella empezaron a hablar de muchas cosas yo me hice a un lado y luego me fui a dar una vuelta por la Alameda, esas charlas solían durar mucho tiempo y me aburría, hasta que por fin se despidieron, al día siguiente en clases mi amiga Katy que era sobrina de Betty, me hacía referencia a algo que le había contado a mi madre, era sobre la mujer de mis sueños ¿Cómo lo sabía? Tuve que suponer que mi madre le había contado a Betty algo sobre eso y muchas cosas más, seguramente Betty lo comentó con alguien de su familia y Katy lo escuchó, ni más conté mi secreto a mi madre.

Pero Betty era muy especial todos le tomamos cariño y respeto, bueno casi todos, ella era muy estricta en sus deberes, recuerdo que al dar examen ella se sentaba en su pupitre y se ponía a leer algo, pero de reojo nos miraba disimulando su mirada con los anteojos que llevaba puestos. muchas anécdotas de mi maestra de escuela, poco a poco las iré contando, pero les adelantaré algo, una vez tuve que faltar a la fuerza yo no faltaba casi nunca, ese día paso algo en casa y tuve que faltar a la escuela, mi madre habló con mi vecina que estudiaba en otro salón, para que le dijera a Betty que estaba mal, que me habían sacado una muela ¡ vaya mentira!, al día siguiente fui a clases temblando y ni bien llegué Betty me estaba interrogando y no se tragó el cuento de la muela, me dijo que me había visto jugando futbol con mis amigos frente a mi casa, eso era cierto, ¿de verdad me habría visto o lo intuyó? Solo ella lo sabe.

Después, convocó a elecciones para presidente del salón y adivinen quien era candidato, acertaron este pechito candidateó y ganó por muchos votos que les parece, luego se hizo la juramentación. Aunque poco o nada se hizo durante ese período, pero eso nos sirvió para conocer nuestros valores y ser democráticos. También recuerdo que una vez ella anotaba nuestros nombres en la pizarra para formar grupos de trabajo, a ella le gustaba mucho hacernos participar grupalmente, a cada grupo le ponía un nombre sugestivo, recuerdo que el mío se llamaba “Chincheros” en alusión a la cultura pre-inca, y estaba formado por 5 o 6 niños creo. Pero esa vez ella anotó mi nombre en la pizarra así “JENRRY”, al leerlo quise hacer una rectificación pero no me atreví a corregir a mi maestra y dejé así las cosas.

Una vez en plena clase se nos desmayó allí enfrente de nosotros, corrimos a socorrerla ,le dimos aire y ella reaccionó de inmediato, hasta ahora no me explico lo que paso, sólo una vez ya en sexto grado la mire con otros ojos, pero solo fue por ese dia,creo que mis hormonas ya se estaban alborotando y vi en ella una figura erótica que estaba llamando mi atención, me imagino que no era el único, a esa edad los niños de enamoran de su maestra, pero lo curioso fue que eso duro solo un día, luego se apagó así de rápido , luego mis ojos volvieron a verla como mi maestra.

Su gesto humilde y solidario llegó cuando una mañana tocaron la puerta de mi casa, corrí para ver quién era y al abrir la puerta me encontré con su presencia, quedé sorprendido, era la vez que murió mi madre y ella había ido a mi casa a darme el pésame, me habló por un momento y me aconsejo muchas cosas, sus ojos parecían nublarse, me abrazó fuertemente, me entregó un presente y se despidió muy afligida, esa era la Betty que yo conocí, humana sobre todo.

Ahora han pasado los años y por medio de mi amiga Rosa, me entere que está un poco delicada de salud, Dios sabrá premiarte con mas salud y mas vida mi querida y recordada Betty.

lunes, 7 de febrero de 2011

LA ESCUELA MIXTA 30487

Hace poco estuve en Jauja, paseando por la ciudad se me ocurrió visitar o mejor dicho pasar por la fachada de mi antigua escuela de primaria, la escuela 30487 más conocida en esos tiempos como la mixta, la fachada que queda por el jirón Ayacucho sigue siendo la misma, la enorme casona antigua casi no muestra cambios, digo casi, por que ahora puedo leer las enorme letras en la pared, pensé que le habían cambiado el nombre, pero luego noté que se trataba de un colegio particular que lleva el nombre de la ciudad, sorprendido seguí mi camino y la nostalgia invadía mi alma, los recuerdos vinieron a mi mente y empecé a imaginarme y a sentirme niño nuevamente.


Caminé lentamente invadido en mis recuerdos, al llegar a la esquina de Ayacucho y Tarapacá gire a la derecha y seguí avanzando, al lado izquierdo contemplé por un momento la fachada de otra famosa escuela el “ 500”,luce igual que hace muchos años con su enorme puerta de ingreso y hasta creo el mismo color de pared, estaba por llegar al jirón Sucre cuando nuevamente me percate de algo y al levantar la mirada pude observar una enorme insignia de concreto sobre un portón enorme de metal y en cuyo frontis se podía leer “Escuela Primaria Divino Maestro 30487”,no lo podía creer, era mi escuela la misma que hace muchos años me albergó en sus aulas, le habían puesto un nombre, muy sugerente y bonito por cierto seguía siendo la mixta para mi, claro que esta vez el ingreso era por Tarapacá, vagamente recuerdo que en mis épocas de colegial existía por ese jirón una entrada que muy poco se utilizaba y que ahora era por allí el acceso principal, parado por un momento en la esquina de Sucre y Tarapacá la nostalgia me hizo recordar muchas cosas.

Primero recordé a mi maestra la recordada “BETTY”, luego a mis compañeritos y después algunas anécdotas de escuela : como aquella que siempre nos confundían como alumnos del 500 por que las insignias eran casi parecidas claro que nosotros siempre negábamos que estudiábamos en el 500,por que en esas épocas no sé si hasta ahora a nuestros vecinos le decían a modo de insulto “Opa 500” sobre todo los insolentes del 501,en muchas ocasiones mi amigo Rosendo y yo nos enfrascamos en unas broncas con los del 501,que empezaban a insultarnos y a joder, muchas veces llegamos a los puños en las solitarias calles de Jauja sobre todo a la hora de salida, también nos tildaban de “maricas” por estudiar en la mixta, pero igual recibían su golpe, aunque yo no era bueno para repartir puñetes pero mi amigo Rosendo respondía a puño limpio a los insolentes.

Luego en pocos segundos recordé a mis amigos y amigas de infancia, las actuaciones en el amplio patio de la escuela, los juegos infantiles, las horas de recreo y refrigerio y el sonido de la vieja campana que llamaba a formación, me acordaba de las canciones, de la entonación del himno nacional y la marcha de la bandera que la cantábamos con orgullo y patriotismo a esa corta edad, recordaba también los partidos de fulbito, los campeonatos, las funciones de cine a medio día, donde en pleno gobierno militar nos dirigíamos al cine “EL CARMEN” para ver películas revolucionarias del “CHE” Guevara, recordé las interminables huelgas del “SUTEP” que nos hacían perder meses enteros de clases, recordé que un día mi escuela estaba rodeada de militares que impedían nuestro ingreso.

También recordé que por culpa de la política y la dictadura, gran parte de nosotros tuvimos que abandonar “la mixta” para mudarnos a otra escuela, y fue el punto de quiebre de ese grupo que hasta esa fecha era unido, sí tuvimos que mudarnos a otra escuela que nos recibiría con los brazos abiertos pero eso es otra historia.

domingo, 6 de febrero de 2011

VIENDO CAER LA LLUVIA

Estaba lejos de casa cuando el cielo ennegreció y las nubes inmensas amenazaban con descargarse de un solo golpe, a lo lejos los relámpagos iluminaban la débil tarde con un centello impresionante, y los truenos terroríficos retumbaban en mis oídos, yo niño todavía me llevaba las manos para tapármelos y no escuchar el estruendoso ruido. Mi padre a mi costado miraba asombrado sin saber que decirme, sólo su débil sonrisa y su presencia me hacían sentirme seguro y protegido.


Habíamos salido temprano de casa casi de madrugada, rumbo al pueblo de Quero, para poder pescar algunas truchas en el rio del pueblo, estábamos a orillas del río, portando nuestras cañas de pescar y lidiando con las enormes piedras resbalosas y contra la fiera corriente de las aguas, la mañana había pasado sin contratiempos, caminamos rio abajo por varias horas y logramos capturar algunos peces, yo había atrapado más que mi viejo creo, y él me ayudaba presuroso a sacar el anzuelo de la boca de los peces, siempre recuerdo su sonrisa cada vez que me ayudaba y luego una palmada en la espalda o una leve caricia en mi cabeza, me hacían pensar que estaba orgulloso de mi.

En la tarde, ya habíamos avanzado varios kilómetros del pueblo, siempre a orillas del rio, era emocionante sentirme protagonista de esa parte de mi vida y por eso creo que nunca olvidare esos momentos, la lluvia siempre fue parte de mi niñez y adolescencia, y recuerdo muchos momentos lluviosos buenos y malos y me traen mucha nostalgia.

En pocos minutos, luego del conocido ritual de vientos, relámpagos y truenos el cielo se vino abajo y descargo una descomunal lluvia, a pesar de las casacas impermeables que teníamos puestos en esa situación de todas maneras había que buscar refugio, las gruesas gotas impedían la visión, mi viejo adelante y yo atrás, esperaba que el me guie a algún lugar seco, con pasos apurados mi padre se dirigió al costado del camino, y cruzó raudamente para el lado del cerro. donde había una especie de cueva, allí nos estuvimos guareciendo del frío y de la lluvia, cuándo por el camino divisamos la silueta de una persona, se trataba de un menudo hombre que llevaba en su espalda un “quipe”, mi padre le dio un silbido para pasarle la voz, al instante el hombrecito dio la vuelta a su izquierda y corrió hasta la pequeña cueva en la que estábamos, saludó cortésmente y se pusieron a conversar de muchas cosas los dos, yo por mi parte los dejé solos en su conversación, los escuchaba, pero mi mente estaba en otra cosa, en mis pensamientos, en mis ideas, en mis sueños, la lluvia me daba tiempo para estar solo por un momento, y pensaba en un montón de cosas contemplando el gris paisaje serrano que nos rodeaba, pensaba en mi pasado, mi presente y quizás parte de mi futuro.

La lluvia me transformaba en un ser nostálgico, sin más tiempo que para pensar en “x” cosas mientras duraba el aguacero, la lluvia no te dejaba hacer nada creo que sólo te servía para hacerte pensar y reflexionar y mirando al infinito solo deseaba una cosa , que el aguacero termine para seguir mi camino para seguir con mi vida, poco a poco las aguas se fueron secando del cielo, mi padre ofreció un cigarrillo al pequeño amigo, el cual recibió gustoso y agradecido, dijo que estaba camino a Jauja, llevando carne para la venta, calmada la lluvia el cielo lucia despejado, las enormes nubes negras habían desaparecido y la tenue niebla daba paso a un tímido sol que asomaba indeciso. Nuestro menudo amigo aprovechó la ocasión para despedirse, sus presurosas ojotas alcanzaron el camino y se fue perdiendo hacia abajo echando bocanadas de humo. Nosotros regresamos al río, para esta vez dirigirnos río arriba rumbo al pueblo echando el sedal al agua y esperando que un descuidado pez muerda el anzuelo, la tarde era triste, la tarde era alegre, la tarde era todo, y pronto se convertiría en noche y había que regresar.

Escucho esta canción y mis recuerdos de lluvia regresan a mi mente y nuevamente me pongo nostálgico.