martes, 31 de julio de 2012

EL CADAVER
















El teléfono timbraba insistentemente una y otra vez, Gaby hizo caso omiso al  estresante ruido de un teléfono timbrando, ella estaba concentrada en lo que hacia, el aparato dejó de sonar por unos minutos, luego el  sonido del teléfono  timbrando en la sala  la puso en sobresalto, esta vez se incorporó y algo molesta corrió  hacia  la sala, hasta la mesita donde se encontraba el teléfono y contestó:



¡Alo!



 Y, se quedó en silencio unos segundos, esperando una  respuesta.



La voz  impaciente del otro lado de la línea  comenzó a hacerle preguntas:



¿Ya terminaste?



Gaby, tomó aire y algo exhausta contestó con un  ¡sí!



¿Dónde lo tienes ahora?



Lo tengo en la cocina, todavía está en el piso y estoy pensando como deshacerme de él. Respondió algo confundida. Sin saber que hacer luego.



¿Te dio alguna dificultad? . Volvió a preguntar la voz.



_Casi nada, al principio trató de escapar pero lo alcancé y le di un fuerte golpe en la cabeza con lo primero que encontré. ¿Sabes? Se la destrocé  todita y tuve que limpiar el piso que quedó todo manchado de sangre, por eso no  atendí  el teléfono antes.



-Que raro, yo recién te estoy llamando.



¿Así?



_Si, pero ya no te preocupes, en cuanto salga de la chamba  iré a verte..



_ Pobre Jack, no merecía morir así, pero era necesario ¿No?  (justificó la voz)



Si pues, todo por tu culpa, te dije que no lo trajeras a la casa, te contaré que al principio me dio pena deshacerme de él, y más siendo yo la encargada de eliminarlo, creo que sufrí más que él cuándo lo hacía, al principio quería utilizar un cuchillo por eso lo llevé a la cocina pero  trató de escaparse  ya se me  escabullía, cuando  lo  cogí del cuello y de un certero golpe en la cabeza  con  el mazo de ablandar la carne le reventé el cráneo, y quedó allí quieto,  luego lo volví a golpear en el mismo sitio una y otra vez, hasta que después  de proferir un leve grito como si se estuviera  ahogando quedó  tendido en el piso. La enorme mancha de sangre me asustó un poco y ahora lo tengo allí sin saber que hacer.







_ ¡Tranquila! , Mira lo mejor que puedes hacer es meterlo en una bolsa, y después ponerte a limpiar el piso, para que todo quede limpio y  dejar  como si nada hubiera ocurrido allí. Le aconsejó la voz al otro lado del hilo telefónico.



Ella,  con nervios aun, porque nunca había matado a nadie y menos a alguien tan cercano y casi como de la familia, colgó el teléfono y lentamente se dirigió a la cocina, corrió hasta el lavadero y abrió el caño para lavarse las manos que  las sentía algo pegajosas, aun estaban manchadas de sangre, y también notó que tenía algunas manchas de color amarillento pegado a la piel de sus manos, desesperada empezó a  echarse abundante jabón en  ellas,  una y otra vez hasta dejarlas demasiadas blancas.



Luego  se puso unos guantes, y  meticulosamente  metió el cadáver dentro de una bolsa negra, luego  cargó la bolsa hasta la puerta de la casa con la intención de sacarla a la calle, pero se arrepintió y  regresó de nuevo a la cocina, su estado de gestación apenas se notaba, todo lo que había escuchado al respecto la asustó demasiado y tuvo que tomar esa fatal decisión de eliminar a su mascota. El miedo a la toxoplasmosis la  convirtió en la asesina de su gato, lentamente depositó la bolsa en el tacho de basura, y se retiró a la sala.



Se puso cómoda en el sofá, Martín,  su esposo no tardaría en llegar y él se encargaría de deshacerse del cadáver del pobre animal.




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