Salió de la chingana a las tres de la mañana, estaba solo,
sus amigos lo habían abandonado a su suerte. La solitaria avenida lucia oscura, melancólica, los escasos haces
de luz de los postes de alumbrado público rebotaban centelleando en el negro asfalto. Uno que otro automóvil circulaba a muy poca velocidad como si
buscaran algo. Joaquín estaba mareado
caminaba tambaleante aspirando su cigarro de rato en rato, llego hasta una esquina y se detuvo de improviso como
adivinando que no llegaría a ninguna parte en ese estado, retrocedió y se puso de nuevo
en la entrada del club nocturno donde
escasos parroquianos esperaban con ansias a que amanezca.
Se acerco lo mas que pudo hasta una anciana que vendía
golosinas en una vieja carreta en la puerta del “Acuario”, pidió dos cigarros encendió
uno y contemplo por un momento a la vieja dama. Era bella a pesar de la edad,
le calculaba más de sesenta años, de
joven debió haber sido un hembron pensó para si mismo. La mujer era de mediana
estatura, blanca de piel y el cabello ensortijado teñido de color parduzco, sus
ojos redondos y brillantes, mujer
risueña y coqueta sus carnes aun
estaban firmes y sus voluptuosos senos
estaban apetecibles .Joaquín sintió una leve erección , la
exótica y experimentada mujer lo
noto y disimuladamente roso su mano derecha sobre la bragueta de Joaquín. El se sorprendió y ella sonrió
atrevida.
_ ¿Quieres sentarte?
_Está bien gracias.
Y Joaquín tomo asiento en la silla que la mujer le extendió,
se acomodó estiró las piernas y cruzó los brazos para amortiguar el frio de la
madrugada. ¡Ya falta poco para que amanezca!, murmuró. Mientras ella
acomodaba la mercadería que estaba en el
piso y fuera de la carreta en unas viejas cajas de cartón.Luego de un rato ya
todo estaba empacado, Joaquín se deleitaba observando las poderosas caderas de
la mujer y se extasiaba, el trago le hacía ver y sentir amenas sensaciones con
esta señora.
_ ¿Cómo te
llamas muchacho?
_ Joaquín, y usted.
_ Corali, respondió
sonriente.
_ ¡Bueno!, me tengo
que ir, ya no hay nadie adentro
del local y si hay alguien de seguro esta misio, borracho y calato. Y soltó
una carcajada. Joaquín también sonrió.
Apoyó las pecosas manos sobre la carreta para empujar,
y Joaquín se levantó de la silla para preguntar.
_ ¿Usted vive cerca?
_ Si. Acá a la vueltita nomás. Indicó con una mano el lado
izquierdo de una esquina.
_Si quieres me puedes acompañar. Pero empujarás la carreta.
Dijo la mujer.
_Está bien, dijo Joaquín, además ni cagando me quedo acá
solo y miró de reojo a los pocos borrachos que se quedaban en la puerta del “Acuario”.
Caminó unos pasos empujando con dificultad la carreta y
escuchó una voz aguardientosa que le gritaba. ¡Provecho jugador!, y los demás rieron con ganas. Joaquín ignoró lo
escuchado y siguió a la mujer.
Llegaron a la esquina y doblaron para la izquierda, a mitad de cuadra un grupo
de muchachos tomaban licor en la puerta de un callejón. Cuando estuvo cerca
pudo ver los rostros más amenazantes la facha de los tipos lo decía todo.
_No tengas miedo, nada te pasara nadie te hará daño le dijo
la mujer mientras lo miraba con deseo.
_ ¿No me dirá que usted vive allí?
_Si, es una vieja
quinta, casi tiene mi edad yo vine aquí de chibolita, esos haraganes no te harán daño, confía en mí.
A Joaquín no le
quedaba otra y caminó agachando la cabeza para ocultar su miedo y su
embriaguez. Se abrieron paso por en medio del grupo de muchachos que tomaban y
fumaban pasta y también esperaban el
alba para guardarse.
Caminaron por un estrecho callejón hasta detenerse en la última
puerta que era la única que estaba
adornada con varias macetas de flores
que perfumaban el ambiente, Corali saco
sus llaves del bolsillo y abrió la cerradura.
_Deja la carreta allí pegada a la pared y pasa.
Joaquín, ingreso a aquel aposento y quedo asombrado, era pequeño, de dos ambientes. La
primera habitación hacia de sala comedor y cocina, todo estaba muy bien
ordenado y cada cosa cuajaba en el lugar que se encontraba. La dama empujo la
puerta de la segunda habitación e invito
con la mirada y la sonrisa picara a que ingrese Joaquín.
_ Puedes acostarte un rato si lo deseas, mientras preparo un
poco de café.
Joaquín, se sentó al borde de la cama se sacó los zapatos y se tendió
de largo y clavó la mirada en el sucio techo, el lugar le era extraño,
triste, anticuado, pero se sentía seguro. En cierta forma esa mujer lo protegía.
El reloj del celular marcaba diez para
las cinco de la mañana.
La mujer ingreso al cuarto llevando una taza de café en cada
mano, dejó las tazas encima del
velador y se recostó al lado de Joaquín
y también se puso a mirar el techo.
Joaquín sonrió y se hizo el loco.Corali suspiro profundamente y le preguntó que le parecía todo eso, que el ahora estaba
en la cama de una vieja desconocida y rio.
Joaquín le dijo que ella ya no era una desconocida para él, y por el contrario
le agradecía mucho que lo acogiera en su
casa.
Luego de unos minutos se sentaron en la cama y sorbieron el
café cargado que ella había preparado.
_ Te hará bien para la resaca (le dijo)
_ Joaquín solo agradeció con una sonrisa.
_ ¿Tienes hijos? .
Pregunto Joaquín.
_ ¿Hijos? No, nunca
pensé en tener hijos, además nadie querría ser un “hijo de puta”, en el buen sentido de la
palabra.
Joaquín quedó sorprendido, ella le estaba insinuando que en
su juventud y parte de su madurez se había dedicado a ejercer el oficio más
antiguo del mundo.
Sorbo tras sorbo de amargo café ambos fueron confesándose. Ella le comentaba
que gracias a lo que fue había gozado de muchas cosas, de muchos placeres y de
muchos excesos también. Le conto que gracias a sus ocasionales amantes y
clientes había recorrido casi todo el mundo, le dijo que había estado en
Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Estados Unidos, y también por parte de
Europa. España,Portugal,Francia,Alemania,Grecia,Chipre,Albania.Tambien le conto
que se fue a vivir con un chipriota por un tiempo pero que eso no funciono y se
largo de buenas a primeras con un negro marroquí a quien encontró muerto
a los pocos días cerca de su casa.
_ A lo mejor lo mató el chipriota dijo Joaquín.
_ No creo, tú sí que tienes imaginación le dijo y Corali
empezó a reírse.
Dejaron las tazas vacías sobre el velador y se estiraron de
largo en la enorme cama, era enorme para una sola persona.
Quedaron quietos por un momento y suavemente Corali fue
acariciando el pecho de Joaquín con su delicada y tersa mano, deslizaba los
dedos con destreza le hacía cosquillas a
Joaquín, que lucho por mantenerse sereno y quieto. Luego fue deslizándose hasta
el vientre y ella cerraba los ojos imaginando
muchas cosas placenteras, así llego hasta el sexo de Joaquín, lo sintió
duro, erecto, prominente, ávido de
querer salir de su prisión. Con destreza
libero el palpitante miembro lo froto suavemente y se lo engullo en la
boca y le practico un sexo oral mejor de las que él había visto en las
películas porno que compraba en polvos azules.
Joaquín cerró los ojos, mientras Corali succionaba frenéticamente y el pobre
no pudo resistir más y descargo un torrente en la boca de Corali, ella siguió por un rato
más y luego quedaron rendidos en la cama.
Afuera el alba empezaba a iluminar el día. Corali, estaba
semidesnuda con los enormes pechos afuera deleitando la vista de Joaquín que
para eso ya se le había pasado la borrachera, pensaba en contar esa anécdota a
sus amigos del trabajo que lo dejaron solo en el nihgt club. A las siete de la
mañana Joaquín abandonó el viejo
callejón acompañado de la dama, se despidieron con un beso y el prometió regresar lo más pronto posible,
caminó por la avenida solitaria y luego de esperar un rato abordó un bus, hasta
el hospital Dos de Mayo, allí era donde
trabajaba Joaquín como enfermero, durante el trayecto quedo pensando en Corali,
es encantadora se decía, es linda y
tiene sus cosas me gustaría verla otra
vez, meditaba. Al cabo de una hora el bus llego a su destino, Joaquín bajó y
caminó apurado marcó su tarjeta y se
dirigió a cambiarse para trabajar.
A la semana siguiente, aprovechó su día de descanso y se
dirigió al callejón a visitar a Corali, tenia esas ganas de verla o tal
vez le había gustado la espectacular
mamada que le había hecho, tomó una combi que lo llevaba hasta el lugar, se bajó en la avenida y caminó nervioso la media
cuadra restante, miró de reojo la puerta cerrada del Acuario y dobló la esquina, al llegar al frontis del
callejón notó que estaba enrejado, no se percató ese día que la puerta tenia rejas, paso de
largo y luego de unos pasos decidió regresar, justo en ese momento una señora
salía de la quinta, Joaquín la saludó y le preguntó por Coralí.
_¿Corali ?
_Si, vive en el
cuarto del fondo.
_Acá no hay nadie con ese nombre, y el cuarto del fondo hace
años que nadie lo habita, ahora lo usamos como depósito.
_ ¿Deposito?
_ Si, deposito, allí guardan sus carretas algunos
comerciantes que venden en los alrededores.
_ ¿Puedo entrar para ver un ratito?
_ Sí, claro.
Joaquín camino
apresurado por el mismo callejón por
donde la semana pasada empujó la carreta de Coralí,
llegó a la puerta del último cuarto y no
había ni un macetero y ni una planta, diviso por la pequeña ventana y solo vio
un cuarto vacio que olía a humedad, unas cuantas carretas y triciclos estaban
guardados allí, la señora que abrió la reja tenía razón, ese cuarto era un
deposito.
Asustado regresó y no
preguntó mas a la señora, caminó hasta la puerta del Acuario y vio a un
muchacho que hacia la limpieza, preocupado le preguntó si conocía a la señora
que vendía golosinas en las noches allí justo en la puerta del local.
El joven negó conocerla es más, nadie vende golosinas acá afuera los dueños del
Acuario lo prohibieron hace años. Joaquín quedó perplejo al oír esa respuesta.
_ Si deseas saber más, puedes regresar en la noche. Creo que
el negro Raúl te puede ayudar en eso, el sabe muchas cosas de este barrio.
_ ¿Y donde vive el negro Raúl?
_ Acá a la vuelta en una vieja quinta, si quieres anda
ahorita y preguntas por él, allí debe de estar
solo sale de noche y se viene a
limpiar los carros de los clientes del Acuario.
_ ¿Así?
_Si, vive en el último cuarto de la quinta al fondo.
Joaquín quedó más
confundido todavía y asustado se retiró sin
escuchar ni averiguar más, quedó
pensando que es lo que había sucedido en realidad esa noche en que conoció a
Coralí, varias hipótesis rondaron su mente. Desde ese día Joaquín ya no es el mismo.
inspiracion.
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