viernes, 1 de marzo de 2013

EL MISTERIO DE CORALI

















Salió de la chingana a las tres de la mañana, estaba solo, sus amigos lo habían abandonado a su suerte. La solitaria avenida  lucia oscura, melancólica, los escasos haces de luz de los postes de alumbrado público rebotaban centelleando en el  negro asfalto. Uno que otro automóvil  circulaba a muy poca velocidad como si buscaran algo. Joaquín estaba  mareado caminaba tambaleante aspirando su cigarro de rato en rato, llego hasta  una esquina y se detuvo de improviso como adivinando que no llegaría a ninguna parte  en ese estado, retrocedió y se puso de nuevo en la entrada del club nocturno  donde escasos parroquianos esperaban con ansias a que amanezca.
Se acerco lo mas que pudo hasta una anciana que vendía golosinas en una vieja carreta en la puerta del “Acuario”, pidió dos cigarros encendió uno y contemplo por un momento a la vieja dama. Era bella a pesar de la edad, le calculaba  más de sesenta años, de joven debió haber sido un hembron pensó para si mismo. La mujer era de mediana estatura, blanca de piel y el cabello ensortijado teñido de color parduzco, sus ojos redondos y brillantes, mujer  risueña  y coqueta sus carnes aun estaban firmes y sus voluptuosos senos  estaban  apetecibles .Joaquín  sintió una leve  erección , la  exótica y experimentada  mujer lo noto y disimuladamente roso su mano derecha sobre la bragueta de  Joaquín. El se sorprendió y ella sonrió atrevida.
_ ¿Quieres sentarte?
_Está bien gracias.
Y Joaquín tomo asiento en la silla que la mujer le extendió, se acomodó estiró las piernas y cruzó los brazos para amortiguar el frio de la madrugada. ¡Ya falta poco para que amanezca!, murmuró. Mientras ella acomodaba  la mercadería que estaba en el piso y fuera de la carreta en unas viejas cajas de cartón.Luego de un rato ya todo estaba empacado, Joaquín se deleitaba observando las poderosas caderas de la mujer y se extasiaba, el trago le hacía ver y sentir amenas sensaciones con esta señora.
_ ¿Cómo te  llamas  muchacho?
_ Joaquín, y usted.
_ Corali, respondió  sonriente.
_ ¡Bueno!, me tengo  que ir, ya no hay nadie adentro  del local y si hay alguien de seguro esta misio, borracho y calato. Y soltó una carcajada. Joaquín también  sonrió.
Apoyó  las  pecosas manos sobre la carreta para empujar, y Joaquín se levantó de la silla para preguntar.
_ ¿Usted vive cerca?
_ Si. Acá a la vueltita nomás. Indicó con una mano el lado izquierdo de una esquina.
_Si quieres me puedes acompañar. Pero empujarás la carreta. Dijo la mujer.
_Está bien, dijo Joaquín, además ni cagando me quedo acá solo y miró de reojo a los pocos borrachos que se quedaban en  la puerta del “Acuario”.
Caminó unos pasos empujando con dificultad la carreta y escuchó una voz aguardientosa que le gritaba. ¡Provecho jugador!, y  los demás rieron con ganas. Joaquín ignoró lo escuchado y siguió a la mujer.
Llegaron a la esquina y doblaron  para la izquierda, a mitad de cuadra un grupo de muchachos tomaban licor en la puerta de un callejón. Cuando estuvo cerca pudo ver los rostros más amenazantes la facha de los tipos lo decía todo.
_No tengas miedo, nada te pasara nadie te hará daño le dijo la mujer mientras lo miraba con deseo.
_ ¿No me dirá que usted vive allí?
_Si, es  una vieja quinta, casi tiene mi edad yo vine aquí de chibolita, esos  haraganes no te harán daño, confía en mí.
A  Joaquín no le quedaba otra  y caminó  agachando la cabeza para ocultar su miedo y su embriaguez. Se abrieron paso por en medio del grupo de muchachos que tomaban y fumaban pasta y  también esperaban el alba para guardarse.
Caminaron por un estrecho callejón hasta detenerse en la última puerta  que era la única que estaba adornada  con varias macetas de flores que perfumaban el ambiente, Corali  saco sus llaves del bolsillo y abrió la cerradura.
_Deja la carreta allí pegada a la pared y pasa.
Joaquín, ingreso a aquel aposento y quedo  asombrado, era pequeño, de dos ambientes. La primera habitación hacia de sala comedor y cocina, todo estaba muy bien ordenado y cada cosa cuajaba en el lugar que se encontraba. La dama empujo la puerta de la segunda habitación  e invito con la mirada y la sonrisa picara a que ingrese Joaquín.
_ Puedes acostarte un rato si lo deseas, mientras preparo un poco de café.
Joaquín, se sentó al borde de la cama  se sacó los zapatos  y se tendió  de largo y clavó la mirada en el sucio techo, el lugar le era extraño, triste, anticuado, pero se sentía seguro. En cierta forma esa mujer lo protegía. El reloj del celular marcaba  diez para las cinco de la mañana.
La mujer ingreso al cuarto llevando una taza de café en cada mano, dejó  las tazas encima del velador  y se recostó al lado de Joaquín y también  se puso a mirar el techo. Joaquín sonrió y se hizo el loco.Corali suspiro profundamente y le preguntó  que le parecía todo eso, que el ahora estaba en la cama de una  vieja desconocida y rio. Joaquín le dijo que ella ya no era una desconocida para él, y por el contrario le agradecía mucho que  lo acogiera en su casa.
Luego de unos minutos se sentaron en la cama y sorbieron el café cargado que ella había preparado.
_ Te hará bien para la resaca (le dijo)
_ Joaquín solo agradeció con una sonrisa.
_ ¿Tienes hijos?  . Pregunto Joaquín.
 _ ¿Hijos? No, nunca pensé en tener hijos, además nadie querría ser  un “hijo de puta”, en el buen sentido de la palabra.
Joaquín quedó  sorprendido, ella le estaba insinuando que en su juventud y parte de su madurez se había dedicado a ejercer el oficio más antiguo del mundo.
Sorbo tras sorbo de amargo café  ambos fueron confesándose. Ella le comentaba que gracias a lo que fue había gozado de muchas cosas, de muchos placeres y de muchos excesos también. Le conto que gracias a sus ocasionales amantes y clientes había recorrido casi todo el mundo, le dijo que había estado en Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Estados Unidos, y también por parte de Europa. España,Portugal,Francia,Alemania,Grecia,Chipre,Albania.Tambien le conto que se fue a vivir con un chipriota por un tiempo pero que eso no funciono y se largo  de buenas a primeras  con un negro marroquí a quien encontró muerto a los pocos días cerca de su casa.
_ A lo mejor lo mató  el chipriota dijo Joaquín.
_ No creo, tú sí que tienes imaginación le dijo y Corali empezó a reírse.
Dejaron las tazas vacías sobre el velador y se estiraron de largo en la enorme cama, era enorme para una sola persona.
Quedaron quietos por un momento y suavemente Corali fue acariciando el pecho de Joaquín con su delicada y tersa mano, deslizaba los dedos con destreza  le hacía cosquillas a Joaquín, que lucho por mantenerse sereno y quieto. Luego fue deslizándose hasta el vientre y ella cerraba los ojos imaginando  muchas cosas placenteras, así llego hasta el sexo de Joaquín, lo sintió duro, erecto, prominente,  ávido de querer salir de su prisión. Con destreza  libero el  palpitante miembro  lo froto suavemente y se lo engullo en la boca y le practico un sexo oral mejor de las que él había visto en las películas porno que compraba en polvos azules.
Joaquín cerró los ojos, mientras Corali succionaba  frenéticamente y  el pobre  no pudo resistir más y descargo un torrente  en la boca de Corali, ella siguió por un rato más y luego  quedaron  rendidos en la cama.
Afuera el alba empezaba a iluminar el día. Corali, estaba semidesnuda con los enormes pechos afuera deleitando la vista de Joaquín que para eso ya se le había pasado la borrachera, pensaba en contar esa anécdota a sus amigos del trabajo que lo dejaron solo en el nihgt club. A las siete de la mañana  Joaquín abandonó el viejo callejón acompañado de la dama, se despidieron con un beso y el  prometió regresar lo más pronto posible, caminó por la avenida solitaria y luego de esperar un rato abordó un bus, hasta el hospital  Dos de Mayo, allí era donde trabajaba Joaquín como enfermero, durante el trayecto quedo pensando en Corali, es encantadora se decía, es linda  y tiene sus cosas  me gustaría verla otra vez, meditaba. Al cabo de una hora el bus llego a su destino, Joaquín  bajó  y caminó apurado  marcó su tarjeta y se dirigió a cambiarse para trabajar.
A la semana siguiente, aprovechó su día de descanso y se dirigió al callejón a visitar a Corali, tenia esas ganas de verla o tal vez  le había gustado la espectacular mamada que le había hecho, tomó una combi que lo llevaba  hasta el lugar, se bajó  en la avenida y caminó nervioso la media cuadra restante, miró de reojo la puerta cerrada del Acuario y dobló  la esquina, al llegar al frontis del callejón  notó  que estaba enrejado, no se percató  ese día que la puerta tenia rejas, paso de largo y luego de unos pasos decidió regresar, justo en ese momento una señora salía de la quinta, Joaquín la saludó y le preguntó  por Coralí.
_¿Corali ?
_Si, vive en  el cuarto del fondo.
_Acá no hay nadie con ese nombre, y el cuarto del fondo hace años que nadie lo habita, ahora lo usamos como depósito.
_ ¿Deposito?
_ Si, deposito, allí guardan sus carretas algunos comerciantes que venden en los alrededores.
_ ¿Puedo entrar para ver un ratito?
_ Sí, claro.
Joaquín  camino apresurado  por el mismo callejón por donde  la  semana pasada empujó la carreta de Coralí, llegó  a la puerta del último cuarto y no había ni un macetero y ni una planta, diviso por la pequeña ventana y solo vio un cuarto vacio que olía a humedad, unas cuantas carretas y triciclos estaban guardados allí, la señora que abrió la reja tenía razón, ese cuarto era un deposito.
Asustado regresó  y no preguntó mas a la señora, caminó hasta la puerta del Acuario y vio a un muchacho que hacia la limpieza, preocupado le preguntó si conocía a la señora que vendía  golosinas  en las noches allí justo en la puerta del local. El joven negó conocerla es más, nadie vende golosinas acá afuera los dueños del Acuario lo prohibieron hace años. Joaquín quedó perplejo al oír esa respuesta.
_ Si deseas saber más, puedes regresar en la noche. Creo que el negro Raúl te puede ayudar en eso, el sabe muchas cosas de este barrio.
_ ¿Y donde vive el negro Raúl?
_ Acá a la vuelta en una vieja quinta, si quieres anda ahorita y preguntas por él, allí debe de estar  solo sale de noche  y se viene a limpiar los carros de los clientes del Acuario.
_ ¿Así?
_Si, vive en el último cuarto de la quinta al fondo.
Joaquín quedó  más confundido todavía y asustado se retiró sin  escuchar  ni averiguar más, quedó pensando que es lo que había sucedido en realidad esa noche en que conoció a Coralí, varias hipótesis rondaron su mente. Desde ese día Joaquín  ya no es el mismo.



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