jueves, 13 de octubre de 2011

SIGUE SIENDO IGUAL








Había caído rendido al embrujo de sus ojos de muñeca, grandes y redondos, ni bien hice mi ingreso al aula de clases, era el primer dia y disimuladamente la seguí observando, aprovechaba la ocasión de buscar un lugar donde sentarme, el salón estaba lleno en su totalidad, solo había algunos claros en la parte de atrás, ¡que piña! Mi intención era sentarme adelante, siempre había cogido esa costumbre de sentarme adelante, por lo corto de vista que soy, pero ni modo caballero nomás, cogí una silla y me senté justo cuatro filas detrás de ella y me quedé observando por unos minutos su delgada espalda y su larga cabellera negra y mi mente dejó este mundo abstracto para pensar en una sola cosa, en ella.



Fueron pasando los días, los meses y los años, siempre lo mismo mi mente siempre la pensaba y mis ojos siempre la miraban aunque mi corazón no, y ella tan cerca y tan lejos, cerca de mis ojos pero lejos muy lejos de mi corazón, tal vez la amaba, tal vez no.



¿Que podía hacer ante tal dilema?,



Terminamos los estudios y todo quedó allí en algo abstracto sin forma definida, sin color, sin aroma, sin amor, sin nada, solo una bonita y perdurable amistad.



Han pasado muchos años desde la última vez que la vi, y nunca más pensé en ella salvo las veces que hojeaba un viejo álbum de fotografías donde estábamos retratados todos los del salón, y ella con su cara de muñeca, sus enormes ojos negros y redondos con su larga cabellera negra sonriendo para alguien.



Hoy la vi, si después de muchos años la vi, fue casualidad, todo es diferente pero sigue siendo igual, sus lindos ojos y su cabello negro, su sonrisa, hablamos de muchas cosas, de los amigos, de los lugares, de los años que no nos vimos, de nuestras familias, de nuestros hijos, me dijo que estaba feliz de estar nuevamente aquí, sonreímos y quedamos para realizar una reunión con todos los muchachos.



Nos despedimos.





Los años han pasado y le comenté todas estas cosas a un amigo, sonriendo empezó a vacilarme y me dijo que en esos años seguro estaba enamorado de ella, le dije que no o tal vez si, ya me hiciste dudar le dije, bueno solo me quedó sonreír y repetirle:



Bueno, llámalo amor si quieres. Pero no creo.



Sonreímos y cambiamos de tema, como han pasado los años, ahora todo es diferente pero sigue siendo igual.

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