martes, 18 de octubre de 2011

HUEVOS ROTOS








Un Domingo amanecí con un antojo especial, quería disfrutar en el almuerzo una deliciosa papa a la huancaína, para ello luego de desayunar decidí ir al mercado a realizar las respectivas compras de la semana, me dirigí al mercado del barrio y aquí precisamente me ocurrió un hecho singular y gracioso que paso a contar.



Llegado al mercado recorrí los puestos de mis ocasionales “caseros” por ser dia Domingo la gran cantidad de gente que allí había me demoraba un poco las compras, poco a poco fui adquiriendo mis provisiones, las carnes, las verduras, las frutas, y para la papa la huancaína compré el queso, el ají, las aceitunas y un kilo de huevos dejando para el final las papas, todo lo tenía en bolsas plásticas, caminaba con cuidado esquivando a la gente para que no golpearan la bolsa donde llevaba los huevos y así evitaba que se rompan.



Avancé con mucho cuidado hasta el puesto del casero de las papas que estaba muy atareado atendiendo a la gran clientela que tenía en esos momentos, a discreción me ubiqué detrás de un grupo de personas a esperar mi turno, para encontrar un espacio y comprar las papitas huayro,y fue allí cuando me entretuve un momento y no me di cuenta que una agraciada dama giraba para retirarse luego de realizar sus compras y al avanzar sus rodillas chocaron de lleno justo en la bolsa donde llevaba los huevos. Esta acción hizo que sin querer y de improviso diga una expresión no mal dicha sino mal entendida.



Miré a le señora y le dije en voz baja:



- Uuuuyyy......¡Ya me rompiste los huevos!



La señora toda avergonzada me miró con sorpresa y trato de decirme algo no sé si bueno o malo, a lo mejor pensando en algo de mi anatomía, pero yo reaccioné de inmediato e hice la aclaración respectiva, sacando de la bolsa el paquete de huevos que en ella llevaba y que felizmente solo había quebrado dos o tres huevitos, los dos solo sonreímos y ella toda sonrojada me pidió disculpas y se fue susurrándole algo y riéndose con otra dama que la acompañaba, de inmediato compré las papas y me fui a mi casa con los huevos rotos.

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