domingo, 16 de diciembre de 2012

UN CONEJO EN MI ROPERO














Encontré un conejo en mi  ropero, al principio pensé que era un sueño y que el conejo era algo onírico producto de mi subconciente,pero al notar mi ropa en total desorden me hizo volver a la realidad, el conejo estaba  quieto parado  en un rincón tenía en la mano una zanahoria  que estaba roída hasta la mitad, lo más curioso era que el conejo estaba parado en dos patas, sus patas traseras con sus gigantes pezuñas lo soportaban tan bien que se veía totalmente erguido, mientras con una de sus pequeñas patas delanteras sostenía la zanahoria. El animal ni siquiera se inmutó al verme por el contrario parecía sonreírme, mientras yo no sabía que hacer, se vería ridículo hablarle a un conejo pensé y me quedé callado y no le dije nada, cerré con fuerza la puerta del ropero y empecé a dar varias vueltas dentro de mi habitación tratando de entender lo que estaba pasando.
Al cabo de un rato, decidí ir a la cocina a preparme el desayuno, cogí un par de huevos y los puse en la sartén para freírlos, me serví una taza de café y me senté en la mesa para desayunar. Luego de terminar el desayuno, me dirigí de nuevo a la habitación, y entré al baño a ducharme, ya había olvidado lo del conejo, abrí el  ropero para sacar una camisa y nuevamente me topo con la imagen del conejo, esta vez estaba echado encima de uno de mis sacos, me miró con displicencia y me ignoró por completo. Me sentí confundido sin saber qué hacer, como podía decirle al conejo que es lo que estaba haciendo en mi ropero. Por un momento pensé que me estaba volviendo loco y fue el conejo quien tomo la palabra:
_ ¡Buenos días! … Me dijo.
Me puse de mil colores, que carajo le iba a responder al conejo. Así que sin hacerle caso tomé la camisa y la corbata y cerré la puerta del ropero con mucho cuidado. Una vez vestido y algo confundido me dirigí a la sala y me senté en el sofá, no pude evitar pensar que hacia ese animal en mi ropero, ¿Un conejo que habla? Imposible me dije, y me quedé pensando y sacando conclusiones de qué era lo que estaba pasando y no cesaba de hacerme estas preguntas:
¿Quién trajo al conejo?
¿Qué estaba haciendo en el ropero?
¿De dónde sacaba las zanahorias para alimentarse?
¿A qué hora se iría?
Sin darme cuenta  habían  pasado algunos minutos, hasta que una voz algo chillona y caricaturesca me hizo esta pregunta.
¿Hoy no vas a ir a trabajar?
Asombrado  me puse de pie y giré a ver quién era, y vi al conejo parado en el umbral de la puerta de mi habitación, estaba apoyado en una pose graciosa, se recostaba sobre  una de sus patas delanteras en el marco de la puerta y cruzaba las patas traseras, y esta vez llevaba puesto un chalequito  rojo, asombrado me sonreí disimuladamente, luego cogí mi maletín y Salí de mi departamento con rumbo al  trabajo.
Durante todo el día estuve pensando en el conejo, mis compañeros se dieron cuenta de lo raro que estaba ese dia,no me atreví a contarle a nadie acerca del conejo !CLARO!, Todos pensarían que estaba  loco o lo que es peor , pensarían que estaba consumiendo alguna sustancia rara de esas que hay ahora.
Durante el camino de regreso a casa no pude evitar de pensar en el conejo, ¿Se habrá ido? Me preguntaba, y pronto obtendría respuesta a esa incógnita, llegué a casa y luego de dejar mi maletín encima del sofá de la sala me dirigí al ropero a guardar la camisa y  la  corbata, abrí la puerta y no vi al conejo, todo estaba en orden y muy limpio, como si nadie hubiera habitado ese lugar.Luego sonreí pensando que mi imaginación me había jugado una mala pasada, algo más tranquilo me dirigí a la cocina y al abrir la puerta ¿Qué creen?
Vi al conejo sentado en una silla y  masticando una enorme zanahoria, confundido cerré la puerta de la cocina y me dirigí a la sala, encendí la tele y me puse a ver una película, cuando de pronto  la vos chillona y caricaturesca me saluda:
_ ¡Buenas noches!
No volteé a mirar, sabía que era el conejo que se dirigía hasta mi habitación a tomar su lugar en el ropero.
Desde ese día no se qué hacer con este animal, no le he contado nada a nadie por temor a que me digan que estoy loco, aunque en verdad el conejo no me perjudica en nada, no ensucia y ni siquiera le compro zanahorias; es como si no existiera pero existe, ya me acostumbré a convivir con él aunque hasta el día de hoy no he contestado sus saludos.
A lo mejor uno de estos días le hablo y quizás juntos nos sentemos a la mesa a disfrutar de una deliciosa cena, él un puré de zanahorias y yo una deliciosa pizza.




jueves, 6 de diciembre de 2012

CRISIS















El tétrico pasillo del hospital psiquiátrico  se llenaba poco a poco  en horas de la mañana de sus peculiares transeúntes, hombres, mujeres y niños de alteradas mentes hacían su ingreso para recibir terapia y medicación, los viejos sillones del pasillo esperaban incólumes la llegada de tan singulares personajes, la escasa luz natural y el frio mármol de su piso creaban un ambiente de suspenso, depresión y  escalofríos.
Sentado en el vetusto sillón espero mi turno, me siento y observo a seres que nunca e visto, gente bien vestida como si fueran a una fiesta, algunos señores vestidos de blanco transitan por el pasillo llevando en  las manos  papeles, documentos, y medicinas, a mi costado un señor  de avanzada edad esta hablando solo, me mira y me dirige la palabra como si fuéramos viejos conocidos , en la otra silla una joven mujer hace extrañas  muecas   en su rostro  y sonríe exageradamente  mostrando su blanquísima dentadura, mueve torpemente  la  cabeza de un lado para otro y de rato en rato  estira los brazos como queriendo recibir un abrazo.
Un hombre vestido de blanco abre bruscamente la puerta del consultorio y pronuncia un nombre, esto llama mi atención y mi mente se  pone en blanco por unos segundos, luego una intensa luz brillante cega mis ojos y mis sentidos se vuelven confusos , ahora no se donde me encuentro seres de otro lugar han venido por mi, uno de ellos toma mi mano y me guía hasta una habitación, allí un ser grande vestido de un verde encendido me espera, me examina detenidamente , observa mis ojos con ayuda de una linterna y mis pupilas se dilatan, me duele ligeramente la  cabeza, luego me echa sobre una camilla y siento un hincón como si fuera una aguja en mi brazo izquierdo y no me acuerdo mas.
No se que me a pasado, ahora estoy flotando me siento liviano , es como si me  me hubieran quitado un peso de encima, a lo lejos veo un inmenso jardín, a mi costado hay un hombre gordo y barbudo muy anciano levanta su mano derecha y me señala un camino, me da un leve empujoncito  y  a los pocos segundo estoy parado frente a un inmenso jardín de flores multicolores, puedo observar también grandes copas de arboles , muchas aves y mariposas revuelan por el amplio cielo que por ahora está sin nubes , se ve todo brillante, limpio esplendoroso me siento bien aquí y no quiero irme.
De pronto un frio intenso abraza mi cuerpo, estoy temblando y mis huesos  pesan el doble, me siento de plomo, ahora mi cabeza me duele y mis latidos están acelerados, mis ojos lentamente se abren y los hombres de blanco me están ayudando, veo varias manos que me tocan, uno de ellos me pone una gruesa manta y comienzo a calentarme, ahora ya me estoy sintiendo bien, mientras el inmenso jardín va quedando atrás y el viejo barbón no hace nada para impedir que me vaya.
Los hombres de blanco me han puesto sobre una camilla y uno de ellos empuja con todas sus fuerzas, paso  raudo por el tétrico pasillo y el hombre sigue sentado hablando solo, y con elocuencia, la mujer sigue moviendo  la cabeza de un lado a otro, un niño en silla de ruedas  con un enorme gorro rojo que le cubre la cabeza me mira asustado, una vieja camina lentamente  llevando en la mano dos bolsas repletas de pastillas, en la puerta veo el inmenso sol y el jardín mustio y reseco que no se parece en nada al jardín que acabo de abandonar, las ruedas de la camilla avanzan resbalándose por el pulido piso, alzo la mirada y una botella gotea un liquido transparente  a través de una manguera que esta conectada a mi vena, solo recuerdo que minutos antes me desvanecí mientras esperaba mi turno sentado en aquel viejo sillón del hospital. Comienzo a  balbucear algunas palabras, no se lo que estoy diciendo, oigo algunas risas a consecuencia de lo que digo, estoy hablando cosas raras, quizás lo estoy diciendo en otro idioma, no entiendo lo que digo, los garabatos en mi mente se propagan cada vez mas rápido, ya no me duele nada y si me duele no lo siento, creo que a partir de ahora jamás volveré a ser el mismo, me siento diferente.
 ¿Quién soy? 
Es algo  que no puedo responder ahora, hago el intento de descubrir quien soy pero no puedo, me es imposible recordar todo lo que concierne a mí, solo siento mi cuerpo inerte que es transportado por  aquel tétrico pasillo del hospital, sin saber a donde me están llevando, si estoy vivo o estoy muriendo o quizás ya estoy muerto. Necesito que alguien me ayude y no hay nadie, estoy completamente solo escuchando esas voces que susurran en mi oído y me llaman insistentemente por mi nombre.

sábado, 24 de noviembre de 2012

SICARIO
















Me quede jato, en el inmenso sillón de la sala, con  el televisor  prendido en un canal de cable, lo que transmitía esa noche ahora es irrelevante y tampoco me acuerdo, cuando de repente el  sonido  estruendoso de “Especially in Michigan" de los  Red Hot Chili Peppers que está como timbre de mi celular cortan mi sueño como si fuera una espada helada, aun somnoliento y con los ojos casi cerrados logro ver en la pantalla del teléfono “Numero desconocido”.

_ ¿Alo?

_ Habla causita

_ Si, ¿Quién es?

_ ¡Ay chucha!, tan rápido te olvidas de los patas

_ ¿Cómo?

_ Ya pues causita no te hagas el huevón

_ ¿En serio dime quien eres?

_ A ver , adivina pe`causa

_ La verdad no sé, creo que te has equivocado de número. (Colgué)

Dejé el teléfono en el piso, apagué el televisor y  me di la vuelta para continuar durmiendo y nuevamente la voz de  Anthony Kiedis rompe el silencio. Esta vez contesto sin mirar la pantalla del teléfono y nuevamente la misma voz.

_ ¡Habla  forajido!

_Mira tío, la verdad no te conozco no sé quien eres y por favor deja de joder que tengo que levantarme temprano.

_¡ Oye  reconchatumadre!  A mi no me vas a venir a milonguear, así es que bajas ahorita o te reviento el quiosco.

_ ¿Bajo? A donde voy a bajar

_Acá estoy huevón, frente a tu casa esperando por mi billete.

_ ¿Billete?, Dé que hablas, cual billete.

_Ya....ya   huevón baja y hablamos ¿Esta bien?

Asustado y casi sudando frío me puse de pie, asomé por la ventana y vi justo frente a mi casa  a un tipo  recostado sobre una moto lineal negra , jugueteando con un celular, me asusté por que nunca en mi vida lo había visto, tuve miedo bajar y enfrentarme con él, pero me acordé que mi viejo me decía que enfrente los problemas y que no rehuya a ellos, temí que estuviera armado así es que tomé mis  precauciones y camuflé  mi pistola  debajo de mis ropas, abrí la puerta y caminé lentamente a su encuentro.

_ ¿Si, quien eres? (interrogué)

El tipo sorprendido, se paró firmemente y titubeó un poco sin saber que responder.

_ ¡ Hola! , Como estás Julio.

_¿Julio? , No soy Julio, te has confundido de persona.

_ Eso es lo que veo, tú no eres Julio.

_ Dime una cosa quién eres y como obtuviste el número de mi celular.

_ Disculpa, permíteme explicarte, se deshacía en gestos para poder explicarme lo que había ocasionado. Mi nombre es Omar, y soy amigo de Julio Terrones...

_ ¡Ah! ,Julio creo que vive al costado, no es mi amigo pero vive justo allí, y le señale la casa de la familia Terrones.

_¡Mira amigo!  Mil disculpas no fue mi intención despertarte a estas horas, pero Julio me dio éste número y venía a hablar con él sobre una deuda que me tiene, ¿sabes? Tenemos un negocio y me está debiendo un dinero. Te ruego que lo dejemos allí.

_ Esta bien, no te preocupes le dije para no ahondar más en el asunto, ahora que ya sabes donde vive, te rogaría que borres mi número de la memoria de tu teléfono y dile a tu pata que no  esté dando números que no le corresponden.

_ Como tu digas ahora mismo lo borro.

 Y con los dedos  hizo unos ágiles movimientos en  su moderno celular, creo que borraba mi número. Se subió a la moto  y desapareció por la angosta calle. Haciendo rugir su caballo de acero.

A los dos días de ese incidente a Julio Terrones  lo estaban velando en su casa y el tipo de la moto estaba allí, tomando café.






jueves, 15 de noviembre de 2012

!OPERESE PUES.....SEÑOR!
















El hombre ingreso preocupado  al consultorio me tomo por sorpresa su inquieta presencia, toco la puerta del consultorio insistentemente para que sea atendido por el medico de urgencias, su facha senil aparentaba ya  mas de setenta años de una vida de excesos quizás, su insistencia extrema y su actitud prepotente hizo en algún momento que yo piense que se trataba de un enajenado ser.

Al no oír respuesta alguno solo opto por dar una mirada a su alrededor  y caminar con pasos apurados por el estrecho salón que había sido acondicionado como consultorio de urgencias del hospital., me llamo la atención su manera de caminar con la mirada al suelo y cada cierto momento tenia como un tic, se agarraba disimuladamente los genitales mientras iba y venia de un extremo a otro, y eso me  hizo pensar que a lo mejor se trataba de un sátiro  demente.

Luego de un momento de espera, las puestas se abrieron y fue llamado por el medico residente, las conversaciones se escuchaban a través de las delgadas paredes.

Los diálogos entre paciente y medico se  referían a que el individuo padecía de una prostatitis muy avanzada, que le era imposible el poder miccionar, y por eso era su inquietud alarmante para ser atendido de inmediato.

El doctor  de urgencias solo tomo sus datos y del problema  medico que lo aquejaba, luego lo invito cortésmente a salir del consultorio y que espere en el pasillo hasta que venga el medico urólogo de emergencia, el  colérico anciano salió del consultorio y prosiguió con su paseo a través del estrecho pasadizo con  la mecánica mana de tocarse a cada  instante la parte genital, sin importarle  que  varias pacientes mujeres estaban allí mirándolo.

Al darse cuenta que era observado en actitud sospechosa tomo conciencia de sus actos y se disculpo diciendo:

Señores, van a disculpar que este en esta situación tocándome a cada momento, no es que sea un mañoso sino que tengo que estar así por que estoy mal de la próstata.

Todos los presentes entonces nos dimos cuenta de que no era ningún mañoso sino que su problema medico hacia que se comportase de tal manera, mas aun cuando en unos minutos se hizo presente su esposa y luego un muchacho que dijo ser su hijo, allí creo que ya era mas creíble eso del mal prostático.

Al cabo de unos minutos  hace su ingreso un galeno un poco déspota en el trato diciendo mientras avanzaba:

Haberrrrr…… ya llegue para que me están buscando, y luego ingreso al consultorio, a los pocos minutos llamaron al anciano que caminaba por el pasillo, este ingreso muy apurado y ansioso y los diálogos se volvieron a escapar a través de las delgadas paredes de concreto pre fabricado.

Doctor, dijo el anciano con voz angustiosa y exhalando un leve quejido, me esta molestando  y no puedo orinar me duele demasiado.
_Es que tienes la próstata demasiado inflamada, por eso es.
_ Duele mucho doctor
_! Tienes que operarte pues! , que esperas que no te operas, ahora tengo que colocarte una sonda.

El anciano calló por un momento y me imagino que le estaba mirando con una cara de resignación al déspota médico urólogo de emergencia.

_ Esta bien doctor haré lo que usted diga.
_Opérate pues
_ No te estoy diciendo nada del otro mundo, solo que tienes que operarte y si es pronto mejor sino vas a tener que sufrir igual o más que ahora.

_ Haber échese en la camilla con los pantalones hasta la rodilla, usted ya sabe como es el procedimiento, ordenaba el medico con voz castrense, mientras yo imaginaba la posición ridícula en la que se debía encontrar el anciano con los pantalones abajo.

Luego se escuchó un ruido seco como cuando se rompe un envase de plástico, y poco después los quejidos casi inescuchables del anciano que eran como si aspiraba grandes cantidades de aire por la boca. Luego el médico siguió con su procedimiento mientras el anciano solo se quejaba, dictó en voz alta  los nombres de los medicamentos que debería recoger en la farmacia y el horario en que debería tomarlas, y de improviso se abrieron las puertas del consultorio para que saliera el galeno con pasos apurados no sin antes volver a regañar al anciano por su cobarde actitud de no operarse.

Segundos después cruza el umbral la figura del anciano con rostro de satisfacción y portando en sus manos una enorme bolsa conectada a una manguera a la zona genital por la cual expulsaba el orín.

_ ¡Que alivio!

Dijo el anciano mientras se acercaba a su esposa e hijo, estos se sonrojaron y luego esbozaron una cómplice sonrisa, creo que por lo rochoso del caso.

_ Sabes, tengo que operarme ya, haré todos los preparativos para que me operen lo más pronto posible. Dijo el  anciano abrazando a su mujer con un brazo mientras que con el otro sostenía la enorme bolsa llena de orines.

Todos sonreímos.

El viejo luego empezó a conversar con cada uno de los que estábamos esperando turno, comenzó a dar consejos y sugerencias, al cabo de unos minutos le entregaron las medicinas en una pequeña bolsa, la mujer tomó el paquete y agarró al viejo por el brazo y se despidieron, el muchacho solo sonreía de lo que le pasaba a su viejo.

Los tres apuraron el paso y se perdieron en el manto negro de  la noche, la penumbra dibujaba las sombras chinescas de estos tres personajes, lo gracioso para nosotros que se veía el viejo cargando la enorme bolsa con la gran manguera por la cual estaba evacuando el orines.

Estoy seguro que cumplirá su decisión de operarse.














martes, 30 de octubre de 2012

EL GATO VOLADOR







Esta es la historia de un gato, un gato que se ponía a pensar todas las tardes en como seria transformarse en otro ser, se tendía en el césped del parque para solearse y relamerse por horas con su lengua húmeda sus patas delanteras, así tendido se ponía a observar a las personas que pasaban por su lado, las miraba detenidamente y se imaginaba si algún día podría ser como ellas.

El gato pensaba que la naturaleza se había equivocado  con él, que él podría  tranquilamente  ser cualquier cosa menos un gato, era un gato pero no se sentía gato, ser gato era muy poca cosa para él, el maullar, el arañar, el trepar y cazar ratones  era algo denigrante. El gato pensó en algún momento ser un hombre pero lo desechó de inmediato, no se veía vistiendo ternos y asistiendo al trabajo todos los días, caminando apurado para ganar tiempo antes que el tiempo le gane a él. Pensó ser una bella chica pero también  desechó esa idea por ser de un carácter rebelde y radical esas cosas no se verían bien en una dama pensó.

El gato dentro de muchas cosas también pensó en ser un niño, un perro, un elefante, una jirafa, un ratón, un pan, un libro, un helado y en fin muchas cosas pero al final siempre se quedaba siendo simplemente un gato. Hasta que una mañana vio descender en medio del parque a una bandada de palomas que revoloteaban dando saltitos y extendiendo sus alas, y ante cualquier movimiento de las personas simplemente  agitaban las alas y se elevaban por el aire para luego posarse en el lugar que ellas querían.

¡Eso es!

Exclamó el gato al instante, quiero ser como ellas se dijo: Sería bacán volar, irme a donde yo quiera simplemente con agitar mis alas, ser libre como el viento y sobre todo volar, eso va justo con mí personalidad pensó el gato con un enorme ego.

Sin que se diera cuenta luego de contemplar por largo rato el comportamiento   de  las palomas el gato se quedó profundamente dormido y empezó a soñar, sintió que sus patas traseras se hacían más cortas y delgadas, miró con asombro y algo asustado como su alargado cuerpo se iba reduciendo y haciéndose más liviano y regordete, quiso correr y no pudo, sus pequeñas patitas solo le permitía dar  saltitos insignificantes, extendió sus patas delanteras y sintió que se desplegaban haciendo crujir las frágiles plumas, se asustó al no poder distinguir sus filudas garras y en su lugar observó con asombro unas livianas plumas de color gris, agitó con desesperación sus extremidades y  comenzó a elevarse por los aires alzando vuelo y vio  las cosas diminutas desde arriba; por un momento sintió algo de vértigo y quiso vomitar pero poco a poco se fue acostumbrando y comenzó a gritar de felicidad, se dio cuenta que sus maullidos le sonaban raro y que en vez de un hocico con filudos colmillos ahora tenía un diminuto pico  y que sus arrullos molestaban a las personas que estaban abajo, se alejó feliz por  el ancho cielo.

Al sentirse cansado vio un gran templo, empezó a planear en dirección a él y lentamente se posó al borde de una  cornisa, algo agitado dio algunos pasitos en el estrecho espacio y luego dobló sus frágiles patitas y se durmió acurrucado en su mismo cuerpo. Así pasaron unas horas hasta que una fuerte brisa golpeó su rostro y despertó, grande fue su sorpresa al abrir sus ojos, el gato se encontraba  en lo alto del capitel de una iglesia al costado de una enorme y pesada estatua de un apóstol, sintió temor y le temblaba el cuerpo de gato, asustado contempló su cuerpo y se tranquilizó al ver su abundante  pelaje marrón, allí se quedó un largo rato pensando en lo maravilloso que fue volar.

El gato tuvo que conformarse con ser lo que es: Simplemente un gato.








viernes, 26 de octubre de 2012

TU ME LLAMAS, YO TAMPOCO












Está sonando el teléfono, me da flojera bajar al primer piso para contestar, dejo que suene pensando en  que es una llamada sin importancia, al cabo de unos segundos el teléfono deja de sonar y sigo con mis labores, pasan algunos minutos y nuevamente suena el teléfono, allí sí que pienso que puede ser una emergencia y bajo corriendo, desesperado abro la puerta del primer piso, y me abalanzo sobre el teléfono para contestar.
_Alo (Contesto algo agitado)
_Buenos días con el señor     xxxxxxx   me responde una suave voz femenina.
_ Si, el habla (contesto)
_Señor xxxxxxx  la saluda  María  B…… del banco “X” para comunicarle que usted ha sido elegido  por nuestra entidad para entregarle una tarjeta de crédito  con una línea de crédito de diez mil nuevos soles además podrá retirar de nuestras ventanillas en este mismo instante y con solo presentar su DNI  la suma de  mil soles, me quedé mudo por un instante dejando que termine su libreto la fulana.
_ ¡Señor está usted allí!
_ Si señorita, aquí estoy le respondo con todo respeto pero con ganas de mandarla a la mierda y colgar el fono.
_ ¿Que dice a todo lo que le comenté señor?
_ La verdad señorita ahora estoy  ocupado y no puedo decidir en este instante sobre lo que usted me está ofreciendo, que le parece si la llamo mas tarde y le confirmo mi decisión.
_ Bueno señor en todo caso le dejo mi número de teléfono para que usted me pueda llamar y poder confirmar la entrega de su tarjeta ¿Está bien?
_ ¡Claro! A ver dícteme su número por favor.
_ Está bien tome nota por favor: 45678945, ¿Lo copio señor?
_ Si, señorita lo acabo de anotar entonces yo la llamaré más tarde.
_ Esta bien señor estaré esperando su llamada  que tenga un buen día.
Colgué el teléfono y me pongo a pensar de cómo diablos a obtenido mi numero la condenada María  B. del banco “X”, para que me este llamando insistentemente ofreciéndome algo que no me da la gana de aceptar, y regresé  algo mortificado a continuar con mis labores. Desde luego que no tome nota de ningún teléfono y mucho menos tuve  la intensión de llamarla.
Es sábado y mi celular esta timbrando.
_Aló
_Aló, Luchito soy  yo, tu pata Edelmiro.
_ ¡Ah!  Hola Miro (así le digo de cariño) ¡que tal!
_Aquí  hermanito, llamándote para decirte que no te vayas a olvidar de la reunión que tenemos en la iglesia es a las 4pm.
_Está bien Miro, cualquier cosita  te estoy llamando. Luego cortésmente de despido.
Edelmiro no tiene la más remota idea que no me interesa para nada esa reunión en “su” iglesia y desde luego que no fui y nunca lo llamé.
Algunos días después  mis amigos me comunican que vamos a  almorzar en un  restaurante limeño y  nos tomaremos unos tragos me indican que pase  la voz a Toño, me doy un tiempo y decido llamarlo en la noche marco el celular y se da el siguiente dialogo:
_Alo, Toño.
_Si. ¿Quién habla?
_Soy yo Luchito.
_ ¡Ah! Hola tío, como estas que cuentas, a que debo el honor de tu llamada.
_ Aquí pues tío, para comunicarte que la gente está organizando un almuercito por el centro de Lima. El día sábado a las dos de la tarde.
-¡Pucha!   Hermano la verdad que  no  voy a poder ir, pero de todas maneras gracias por acordarse de mí. En todo caso si es que me animo te doy una llamadita para  que me digas en donde están y  voy al toque.
_Ok está bien así quedamos entonces. Cuídate ya estamos hablando.
Desde luego que el pendejo de Toño nunca me llamo y mucho menos fue al almuerzo.
Lunes en la mañana se presenta un inconveniente en el trabajo, trato de solucionarlo pero es imposible, un cliente me pide preguntar a mi jefe sobre un reclamo pendiente, cojo el teléfono y marco su número:
_Aló,  señor  Armando, le habla Luchito, tengo una persona en la oficina y me dice que Ud. ya solucionó un reclamo que él tenia, me dice que habló personalmente con usted el día Viernes y que está todo arreglado.
_Haber, déjame ver mmmm …… ¿como dices que se llama el señor?
_Es el señor Pérez
_La verdad no me acuerdo, déjame ver si  encuentro su documentación, me tomará unos minutos, dile que espere un ratito por favor, yo te llamo en un toque  y te confirmo si su documentación esta conforme ¿Si?
Desde luego que pasaron los minutos y el maldito de mi jefe nunca llamó, volví a marcar su número y había apagado el celular. Se pasó de pendejo.
La situación era apremiante y llamé a mi mujer:
_Aló cariño
_ Si dime ¿Qué pasa?
_Cariño sabes, necesito que  me mandes unos datos, encima de la mesa dejé mi agenda por salir apurado, quiero que me dictes el  número de teléfono de una persona.
_Está bien, dame el nombre y ni bien lo tenga te llamo para decirte el número.
Sigo esperando su llamada.



lunes, 8 de octubre de 2012

EL MEJOR DE LOS TEQUILAS













Se acerco a la barra del bar  y se sentó justo al lado mío, sus cabellos desordenados y su mirada perdida indicaban que algo andaba mal en su alterada conciencia , parecía que  tenía el alma  llena de cicatrices que la habían marcado para  siempre. No dejaba de mirar  el estante lleno de licores de toda clase, de lo más  costoso a lo más barato, dudaba en silencio en lo que estaba pensando pedir y con una seña  llamo al despreocupado bar-man, susurró algo y  el muchacho se alejó unos metros para buscar en la penumbra una botella de extraña forma. Botella en mano  camino hasta colocarse justo enfrente de la  mujer, sirvió en un pequeño  vaso alargado más o menos  hasta la mitad de un líquido incoloro.

”Ahhh……El mejor de los tequilas”

Murmuró  con contundente orgullo el bar-man poniendo la botella al alcance de mi vista, le di una miradita de reojo, quise ver más y disimuladamente le di un giro a la botella para no  ver la enorme etiqueta de color rojo con letras doradas y bordes negros, sino lo que había detrás de ella, quedé algo sorprendido al ver flotar en el líquido una especie de gusano, seguidamente le di una mirada a la dama de los cabellos desordenados y  vi como se llevaba a los labios  y bebía el líquido, acto seguido hizo una mueca que deformó aun   más su demacrado rostro dando la impresión que se ahogaba  y  rápidamente  se llevó a la boca un trocito de sal y mordió una rodaja de limón, hecho esto se  quedó  quieta por un instante.

¿Y tú que estás mirando?

Me interrogó la mujer con algo de agresividad, simplemente sonreí sin decirle una palabra, el barman ya se había alejado hasta un rincón de la barra llevándose la botella. La penumbra ponía el lugar como una escena de película, esas de gánster y asesinos en serie. Sin que me diera cuenta la mujer ya estaba al lado mío y pude sentir su aliento alcoholizado

¿Sabes? , me voy a suicidar me dijo.

¡Carajo!,  Esta loca de mierda sí que es capaz de todo (pensé) y automáticamente busqué con la mirada al bar-man para que me auxilie pero  no lo vi por ninguna parte, el destino nos había puesto a la loca y a mi allí juntos, justo  uno al lado del otro para continuar con lo que ya estaba escrito por obra y gracia del maldito “Destino”.

Quise huir corriendo pero no pude, la loca  había sacado de su cartera un revólver. Sí, un revólver negro con la cacha de color caoba que brillaba y centellaba al contacto con un débil haz de luz, automáticamente la desquiciada mujer  se puso el cañón del arma en la boca, era como si lo hubiera practicado muchas veces porque ni siquiera temblaba, me clavó una mirada penetrante y con los ojos bien abiertos. Yo quedé petrificado al instante,  como si hubiera mirado a los ojos a la temible  Medusa de la mitología griega, y  fue allí en ese preciso instante cuando mis oídos escucharon  un  atronador ruido como si fuera un rayo  precedido de un  relámpago que con un fugaz chispazo iluminó por unos segundos  el oscuro ambiente.
¡Carajo!  La loca había apretado el gatillo y se había volado los sesos  en mi presencia.

Se había matado y me había jodido la vida, comencé a temblar y poco bastó para que cayera desvanecido al piso junto al cadáver de la loca, y como dice la canción me tropecé con el cuerpo  y avancé hasta la puerta, ya iba a salir cuando escuché  la voz del bar-man ordenándome  que me detenga, lo miré y lo mandé  a la mierda. Caminé lentamente hasta la avenida  avancé como si fuera un zombi ajeno a las curiosas miradas de los transeúntes, ingresé a una farmacia y le pedí a una señorita algo para calmar mis nervios, como no  quería tomar ninguna pastilla  solo atiné a pedirle un frasquito de agua de azahar, saqué el dinero de la billetera y con manos temblorosas se lo extendí a la cajera, esta se dio cuenta de lo nervioso que me encontraba, sin decir  nada  recibí mi vuelto y la bolsita blanca en cuyo interior estaba el frasco. Me acerqué al bidón de agua cogí un pequeño vaso descartable y me serví un poco de agua mezcle un poco de agua de azahar del frasco  y de un solo sorbo bebí el contenido del vaso, arrojé el vaso al tacho de basura y salí a la calle. Caminé lentamente para llegar a mi casa y les digo  estimados lectores que esa noche me fue imposible conciliar el sueño.

martes, 31 de julio de 2012

EL CADAVER
















El teléfono timbraba insistentemente una y otra vez, Gaby hizo caso omiso al  estresante ruido de un teléfono timbrando, ella estaba concentrada en lo que hacia, el aparato dejó de sonar por unos minutos, luego el  sonido del teléfono  timbrando en la sala  la puso en sobresalto, esta vez se incorporó y algo molesta corrió  hacia  la sala, hasta la mesita donde se encontraba el teléfono y contestó:



¡Alo!



 Y, se quedó en silencio unos segundos, esperando una  respuesta.



La voz  impaciente del otro lado de la línea  comenzó a hacerle preguntas:



¿Ya terminaste?



Gaby, tomó aire y algo exhausta contestó con un  ¡sí!



¿Dónde lo tienes ahora?



Lo tengo en la cocina, todavía está en el piso y estoy pensando como deshacerme de él. Respondió algo confundida. Sin saber que hacer luego.



¿Te dio alguna dificultad? . Volvió a preguntar la voz.



_Casi nada, al principio trató de escapar pero lo alcancé y le di un fuerte golpe en la cabeza con lo primero que encontré. ¿Sabes? Se la destrocé  todita y tuve que limpiar el piso que quedó todo manchado de sangre, por eso no  atendí  el teléfono antes.



-Que raro, yo recién te estoy llamando.



¿Así?



_Si, pero ya no te preocupes, en cuanto salga de la chamba  iré a verte..



_ Pobre Jack, no merecía morir así, pero era necesario ¿No?  (justificó la voz)



Si pues, todo por tu culpa, te dije que no lo trajeras a la casa, te contaré que al principio me dio pena deshacerme de él, y más siendo yo la encargada de eliminarlo, creo que sufrí más que él cuándo lo hacía, al principio quería utilizar un cuchillo por eso lo llevé a la cocina pero  trató de escaparse  ya se me  escabullía, cuando  lo  cogí del cuello y de un certero golpe en la cabeza  con  el mazo de ablandar la carne le reventé el cráneo, y quedó allí quieto,  luego lo volví a golpear en el mismo sitio una y otra vez, hasta que después  de proferir un leve grito como si se estuviera  ahogando quedó  tendido en el piso. La enorme mancha de sangre me asustó un poco y ahora lo tengo allí sin saber que hacer.







_ ¡Tranquila! , Mira lo mejor que puedes hacer es meterlo en una bolsa, y después ponerte a limpiar el piso, para que todo quede limpio y  dejar  como si nada hubiera ocurrido allí. Le aconsejó la voz al otro lado del hilo telefónico.



Ella,  con nervios aun, porque nunca había matado a nadie y menos a alguien tan cercano y casi como de la familia, colgó el teléfono y lentamente se dirigió a la cocina, corrió hasta el lavadero y abrió el caño para lavarse las manos que  las sentía algo pegajosas, aun estaban manchadas de sangre, y también notó que tenía algunas manchas de color amarillento pegado a la piel de sus manos, desesperada empezó a  echarse abundante jabón en  ellas,  una y otra vez hasta dejarlas demasiadas blancas.



Luego  se puso unos guantes, y  meticulosamente  metió el cadáver dentro de una bolsa negra, luego  cargó la bolsa hasta la puerta de la casa con la intención de sacarla a la calle, pero se arrepintió y  regresó de nuevo a la cocina, su estado de gestación apenas se notaba, todo lo que había escuchado al respecto la asustó demasiado y tuvo que tomar esa fatal decisión de eliminar a su mascota. El miedo a la toxoplasmosis la  convirtió en la asesina de su gato, lentamente depositó la bolsa en el tacho de basura, y se retiró a la sala.



Se puso cómoda en el sofá, Martín,  su esposo no tardaría en llegar y él se encargaría de deshacerse del cadáver del pobre animal.




viernes, 20 de julio de 2012


ADIOS AL BARRIO





Desde muy niño recuerdo al barrio, su ubicación en  un lado  periférico  de la ciudad, el jirón Salaverry siempre las primeras cuadras  en un inicio la cuadra dos y después la cuadra cuatro, de la casa de la cuadra dos tengo pocos recuerdos mi corta edad en ese entonces hacen muy escasos mis recuerdos, solo quedaron en mi mente lo grande que era la  casa el patio era enorme y teníamos un jardín en la parte posterior a lo mejor había una planta de retama que se había convertido en árbol que era el lugar preferido de un loro, una mascota que tuvimos aparte del perro, del loro a lo más recuerdo que se nos murió, el motivo creo que a alguien se le paso la mano al darle de beber vino, con la creencia de que a más vino el loro hablaría  rápidamente, craso error después de una borrachera el loro apareció muerto.



Luego de unos cortos años de vivir allí, pasamos a la casa de la cuadra cuatro, el motivo de la mudanza; mi bisabuela vendió la casa de la cuadra dos. Ya instalados allí fui creciendo, y es allí donde se desarrolla toda mi niñez y mi adolescencia  los mejores y peores años de mi vida pasaron allí, contaré lo mejor porque lo peor ya lo he olvidado.



Los primeros años de escuela, caminaba desde la cuadra  cuatro de Salaverry hasta la cuadra  nueve del jirón Ayacucho, los primeros amigos y las primeras amigas, las primeras lecciones de la maestra y por que no decir los primeros castigos, nadie es perfecto. Luego los cambios forzosos de la vida, de niño a hombre, de la escuela mixta  al colegio de varones, a conocer algo nuevo, a defenderse solo, a vivir  a sufrir y a soñar.



El  barrio era el barrio y tiene un nombre “Cruz de Espinas” un nombre raro que suena a misterio y  a sacrosanto, allí en la cuadra cuatro del Jirón salaverry, poco a poco  nos fuimos haciendo amigos, hermanos, camaradas del juego y las travesuras, cómplices de  borracheras  y hasta  de alcahuetes con las hembras.



Los hermanos Chacho, Paco, y Chicho, que fueron los primeros en  emigrar, quienes vivían en una enorme casona que era una quinta de un corredor largo y empedrado algo tenebroso, dueños de una perra de color negro a la que  llamaban “chola”, era brava la perra y la retábamos a que nos muerda y varias veces salimos perdiendo. los Gómez  los últimos de los hermanos  porque los mayores eran eso, mayores  que nosotros y no pasaba nada, Kony, los hermanos Pedriquix y Jochefina cholos recios  que trabajaban desde niños, Markito y su hermano Titi, Mañuco, Ruchi y el Bicho y Sandrox  tambien hermanos, mas abajo estaba la casa de los Paez  que eran como diez hermanos, en el jiron Atahualpa, y por el Jiron Arica los Montalvo, Los Arroyo y muchos que ya no recuerdo los nombres y los apellidos, Volviendo  a  la cuadra cuatro de salaverry, mis vecinos los “morocochinos” una mancha pero eran  tres hermanos los contemporáneos, que solo llegaban  para los meses de vacaciones  desde  Morococha y al final se adaptaron bien al grupo. En la cuadra cinco aparte  de Markito estaba Roberto, y de las chicas recuerdo que en las noches éramos un montón, jugando aquellos juegos infantiles de la época, los gritos y  los tropeles de los zapatos que sonaban al correr  para escondernos, la paz de la cuadra  claudicaba por que era tomada por nosotros  los chicos y chicas menores de doce años y algunos mayorcitos que se colaban por alli. Como no recordar a las hermanas Salinas, que también llegaban desde Lima solo para los meses de vacaciones, como olvidarlas si hasta nos rompieron el corazón cuando una fecha llegaron para quedarse  y  allí creo que sin querer nació una rivalidad entre nosotros porque una de ellas era nuestra contemporánea y allí los cuatro o cinco pugnábamos por el amor de S......, que recuerdos.



Los partidos de fulbito en plena calle, con los arcos de piedra que se jugaban por goles no por tiempo eran  comunes los juegos de (2,4) o (3,6) con cambio de arco y de jugadores, sin apuestas por que jugábamos por el honor y el dinero para nosotros no tenia mucho valor que digamos, al final solo tomábamos agua de caño y listo eso era nuestro mundo, el juego y nada mas, aparte del colegio. Luego nos llegaría la hora de amar uno a uno nos fuimos enamorando y los partidos de fulbito se hacían más escasos, casi ya no nos reuníamos como antes las chicas también se fueron  esfumando poco a poco, chicos de otros barrios venían a la cuadra y bueno que malo supimos llevar la fiesta en paz se hicieron nuestros amigos por culpa de ellas. Nosotros también tuvimos que emigrar a otros barrios en busca de nuestra media naranja.



Los años fueron pasando y terminamos el colegio y allí empezamos a disolvernos, cada uno empezó a tomar rumbos diferentes y a tener amistades diferentes pero en el fondo seguíamos siendo los mismos, nosotros y los vecinos que también fueron dejando el barrio por enfermedad o por que simplemente  no pudieron vencer a la muerte. Luego nos tocó el turno de partir a buscar nuestro destino, Mañuco y Roberto decididos a postular a la escuela de policías, Ruchi se fue a Huancayo a trabajar para la Inka kola , Markito ingreso a la UNCP,Pedriquix y Josefina  desaparecieron sin decir a donde, los morocochinos ya no eran tres sino dos uno de ellos, el mayor había muerto en un accidente en El Mantaro cuando visitaba a su abuela, los Gomez también partieron , Kony puso su negocio y ya no paraba en el barrio se  caso, Yo también tuve que partir y dejé todo. El barrio se quedaba solo.



Han pasado muchos años y hoy bordeando los cuarenta y tantos  evoco  al barrio, y la nostalgia invade mi alma, sus calles deterioradas y vacías la han detenido en el tiempo, todo pasado fue mejor dicen algunos y lo corroboro al instante, lejanos están las siluetas de los amigos, como lejanos las palabras de aliento y los consejos de los vecinos, lejanas las sonrisas y los grititos de las chicas, lejanos los partidos de fulbito, lejano el primer amor y la primera borrachera, lejano la primera calada de un cigarrillo Ducal, lejanos la sonrisa de mi abuela, lejanos mis amigos que están solo en mis recuerdos.



El barrio a quedado allí como esperándonos de nuevo, triste y taciturno, como dormido por tantos años esperando ser despertado no por nosotros quizás por nuestros hijos o nietos  que con sus gritos y con sus juegos, con sus pelotas y cometas, con sus cantos y con sus bailes, con sus caricias y besos  harán renacer nuevamente a ese barrio que tanto queremos.



Dijimos adiós al barrio pero no será por mucho tiempo.




jueves, 14 de junio de 2012

CONFESION








Cuéntame pe huevón, me dijiste algo mortificado mientras te servias la cerveza bien helada, mi sonrisa cachacienta creo que te saco de quicio, y frunciste el ceño  arrugando la parte superior de tu cara.



¿ Que te cuente?



Para que quieres que te cuente, mejor lo dejamos así nomás y será mejor para todos.



_ No seas pendejo pe huevón, cuenta como fue, insistías con fuerza.



No estaba seguro de  lo que te iba a contar  a lo mejor afectaría tu estado de animo o  lo que es peor  alteraría  nuestra amistad.



Pero me miraste con algo de  preocupación y allí entendí  lo que  tu querías era saber la verdad  del incidente que te contaron  Miguel y  Efraín, la verdad  de lo que paso esa noche hace ya muchos años atrás en  nuestra  época   de colegio..



Mira mi hermano, de eso ya paso mucho tiempo y no viene al caso recordar ahora, no sé por que te empeñas en seguir  insistiendo en que te cuente algo que a lo mejor no te conviene y te pueda perjudicar, así que toma nomás ¡salud! ,te respondí tratando de ser lo más diplomático posible.



Miraste alrededor del bar, como si contaras en silencio a todos los que estaban allí sentados, lentamente  te serviste otro vaso de cerveza helada, aspiraste aire lo más que pudiste y luego suspiraste largamente hundiendo la mirada   debajo de la mesa, luego  agarraste  el vaso lleno con tu mano derecha y  bebiste de a pocos  la espumante cerveza.



Terminaste de beber y me pasaste el vaso  algo mortificado, con ganas de sacarte la espina de algo,  quizás con un poco de  rabia. Solo te esquivé la mirada haciéndome al cojudo.



_  Déjate de huevadas  y te pido por favor que me cuentes, dijiste.



¡Carajo  Juancho, no jodas!  no te voy a decir nada. Y  bebí lentamente  la cerveza, la sentí amarga, mas amarga que de costumbre, y  me daban ganas de cortar  la conversación pero eras mi amigo y me tomé mi tiempo para ordenar mis ideas y  sacar posibles conclusiones de tus reacciones, aunque te conocía  muy bien, estaba seguro que no harías nada malo.



Traté en vano de cambiar la conversación, de nada me sirvió hablarte de lo mal que estaban la “U”  y  Alianza, de lo horrible que jugaba la selección, de cómo le estaría yendo a  Miguel y  Efraín fuera del país. Tus ojos achinados  resultado  de las ocho botellas de cervezas  que nos habíamos  tomado, el bar se estaba llenando cada  vez más  y  el bullerio de la gente te impedía hablar despacio.



Mira compare, a mí no me vengas con vainas y cuéntame lo que  en realidad pasó con  Carmen, si es cierto o no lo que esos huevones  me contaron. De esta manera me diste un ultimátum, sabía de lo bien enterado que estabas de lo que paso esa noche con Carmen, Efraín me había dicho que te habían contado todo.



 ¡Claro!



 Entre  nosotros no había secretos  y todos sabíamos lo que en realidad había pasado incluyéndote  a ti, y no veo ahora él por que de tu insistencia de que yo mismo te cuente  lo que paso.



¡ Puta mare!  Juancho, que te pasa, eso ya pasó, o acaso Carmen  todavía te interesa, ella ya debe de estar casada y con hijos así como tú lo estas, y  vienes  a pedirme  que te cuente detalles de una noche  de juerga que paso hace muchos años atrás, además todo paso por tu culpa o acaso ya no te acuerdas quién fue el que  la cago, ¿ Te acuerdas o no?.



Tu silencio se hizo largo y tu mirada se empezó a perder por los rincones del bar, te tomaste unos segundos y  te sinceraste:



_ Mira sabes una cosa, tu tienes razón; Me dijiste, es la verdad yo la malogré esa vez pero ya pasó, y quiero confesarte algo, si  me case..... y no te dejé terminar.



¡Carajo!  Juancho, no  me digas que te casaste con Carmen.



Si huevón, me casé con ella y  por eso quiero saber la verdad.



Mira Juancho, si es así me imagino que ella te ha contado todo lo que pasó, y debes de creerle porque es tu esposa y me da gusto que así sea, ¿ y por que no me invitaste al matrimonio cabron?, Somos patas Juancho  y déjate de estar pensando un montón de huevadas, mira mi hermano te voy a contar lo que pasó, y tu sacarás tus conclusiones.



Te serviste él ultimo vaso de cerveza, secaste la botella  luego  llamaste al cantinero y pediste dos más y te quedaste callado mirándome a los ojos, esperando que empiece mi relato, no te esquivé la mirada  y comencé a contarte lo que tu ya sabias.



Juanchito, esa noche nos íbamos con toda la mancha  a una fiesta ¿Te acuerdas? , Pero tu  empezaste a coquetear con  Mariela, pensando que nadie te estaba viendo y creías que Carmen no se iba a  enterar, estábamos en la puerta de la casa de Miguel tomándonos un roncito, y fue allí que aprovechaste para agarrarte a Mariela que había llegado de Lima y era la prima de Efraín, fue tu culpa  Juancho, te advertimos y no  hiciste caso y fue en  el mismo momento que te chapabas a Mariela  que  apareció justo delante de ti Carmen, no sé como había hecho para  que sus padres le dieran permiso, hizo muchas cosas por ti Juancho para estar contigo, a tu lado. No te dijo nada y ella camino  hacia mí, se puso a mi lado y me abrazó poniéndose a llorar en mis brazos, la abrasé fuerte ante la atónita mirada de todos los allí presentes, incluyendo al huevón de Efraín que se puso rojo como un tomate y tu  dejaste de besar a Mariela  y te hiciste  la víctima, la pobre Mariela quedó mal parada y se fue corriendo mandándote a la mierda, y tras de ella  el alcahuete de su primo para tratar de consolarla. ¿Te acuerdas?.



Tu mirada seguía clavada en el piso, y movías la cabeza afirmativamente, sé que estabas pensando en ese momento, y recordabas cada detalle, y proseguí.



La situación estaba tensa, nadie reaccionó todos se quedaron estáticos sin saber que hacer, ella seguía llorando  su cara  presionaba mi pecho, luego me dijo al oído que la llevara a su casa, y eso hice, te di una ambigua mirada y tu agachaste la cabeza, y te dejé allí parado con los demás del grupo. Caminamos abrazados lentamente con dirección a su casa que quedaba unas cuadras más abajo, en silencio por que no sabía que decirle y ella  escurriendo las lágrimas de sus ojos, así desaparecimos en la oscuridad de la noche, estando a  pocos pasos de su casa ella me desvió y me dijo:  “NO”, vamos a la alameda  quiero hablar con alguien, acompáñame no me dejes sola. Y eso hicimos, nos fuimos a la alameda  caminando abrazados y en silencio, llegamos y nos sentamos en una banca, hacia frió y la sombra de los enormes árboles  nos cubrían por completo y sentimos algo de miedo, pero luego de mirarnos sonreímos, traté de ser un caballero y buen amigo, ella me contó un montón de cosas, de su niñez, de sus amigas del colegio, de sus viejos  y de ti, de como se conocieron  y esas cosas, yo la escuchaba atentamente, estaba dolida, engañada y poco a poco al menos por fuera esa tristeza se fue disipando, no sé por cuanto tiempo estuvimos allí solos, abrazados y contándonos nuestras cosas, y me gustó verla sonreír de mis ocurrencias, “Eres un loco” me dijo  mostrándome una dulce sonrisa. No entiendo como Gabriela  no  te acepta como enamorado “eres un amor”, que tonta que es ella, remató diciendo, y me quedé mudo y sorprendido, no pregunté quien le había contado eso lo de Gabriela, imaginé que tu se lo habías dicho. Te miré y callado solo asentiste con la  cabeza.



Quiero confesarte algo, al estar allí con ella los dos solos a la luz de la luna sentados en una banca de la alameda, quise besarla, acariciarla, quise hacer muchas cosas, pero no pude, no podía  aprovecharme del mal momento que ella estaba pasando y otro por que tú eres mi amigo, solo la miré  a los ojos y la abrasé fuertemente, y fue allí donde  nació la idea de inventar un romance, el momento era  propicio y ella  me dijo:



 ¿Sabes una cosa?



Que, le dije.



Quiero “vengarme” de tu amigo me dijo; así a secas y se sonrió.



 ¿Conmigo?



Pregunté, si contigo respondió muy segura, y por eso quiero que me ayudes. Al principio dudé pero luego ella me convenció y decidimos contar a nuestros amigos más cercanos  que  esa noche los dos habíamos tenido “algo”, un  agarre y un chape, y ellos se encargarían de hacer crecer el “chisme”, decidido esto  la llevé a su casa la dejé en la puerta y al despedirnos nos matamos de la risa de nuestro plan, y así fue Juancho lo demás ya es historia conocida  el chisme se hizo grande y nos jodió a todos, no pensamos en las consecuencias, ustedes se separaron y se bronquearon, a mi  me catalogaron de traidor y mal amigo, Gabriela no quiso saber nada de mi y perdí mi oportunidad de estar con ella, los perdí a todos ustedes, terminé el colegio y me desaparecí hasta encontrarnos todos  nuevamente hace algunos años y  todo se aclaró gracias a Dios. Volvimos a ser  amigos y nunca pensé  que  esa broma me costaría caro, pero bueno la vida es así, Y acá estamos tomándonos unos tragos tu casado con Carmen  y yo todavía soltero.



Al terminar, vi tu rostro y sentí tranquilidad en tus facciones, te habías quitado un peso de encima y Carmen te había contado la verdad.



Me agradeciste con emoción el gesto, bebimos las dos últimas cervezas y abandonamos el bar, eran como las dos de la mañana y tambaleante me dirigí al filo de la pista para tomar un taxi, te vi desaparecer por esa ancha avenida  te ibas caminando a tomar tu colectivo, satisfecho de salir de tus dudas y feliz de estar casado con una buena mujer. En el trayecto no pude evitar pensar en ustedes dos, en la gente del barrio, en Gabriela, y así como tú a lo mejor algún dia me la encontraba y contra todo pronóstico terminaría casándome con ella.



 Pensé en Carmen  la chica tierna y sincera,  tan buena gente que ahora era tu esposa, imaginé estar en esos años. El carro se detuvo, había llegado a mi destino y bruscamente todas esas imágenes retrospectivas   se esfumaron, bajé del taxi y caminando zigzageante  de dirigí hasta mi casa.