viernes, 5 de noviembre de 2010

EL TATUAJE

Un dia conversando con mi amiga Diana, de muchas cosas sentados comiendo unos helados
en una heladería del centro, la noté un poco apenada y cabizbaja no sabía por que estaba ella así, ella me pregunto sobre el amor y como me había ido en ese tema, yo le contesté que muy bien, que estaba felizmente casado y que con la que hoy es mi esposa siempre la pasamos bien o al menos tratamos de pasarla bien, más aún que ahora con las hijas que tenemos, le conté que fue muy bonito enamorarme y mantener esa relación por todo este tiempo.



En cambio ella estaba un poco confundida, lo que pasaba era que ella había terminado una relación de muchos años, hace un corto tiempo y eso la tenia aun muy preocupada y un poco ida, al respecto le aconseje muchas cosas y le dije que si podía algún dia de estos nos iríamos a bailar a algún lugar en compañía de varios amigos, y que le presentaría muchos amigos y que a lo mejor encontraría el amor con alguno de ellos, se sonrojo y sonrió coquetamente y aceptando tácitamente mi proposición.



Luego me comento o mejor dicho me pregunto si tenia un amigo que se llamaba Pablo, lo pensé por un momento y le respondí que no-tenia ningún amigo con ese nombre, !Que lastima ¡ me dijo, me gustaría conocer a muchos Pablos y poder elegir solo a uno y así poder casarme con él y sonrió timidamente. Quede intrigado con ese asunto de que solo le interesaban chicos con nombre Pablo, sonrió por compromiso tratando de disimular pero no pudo y me dijo: Te voy a contar algo, y esta vez sonrio misteriosamente.



Sabes, me dijo hace algunos años me enamore de un chico, se llama Pablo, fuimos felices no lo niego hasta que poco a poco lo nuestro se fue extinguiendo hasta no quedar nada de ese amor y para no llegar a cosas mayores opte por alejarme totalmente de el, incluso me fui a provincia por un largo periodo y trate de rehacer mi vida, pero no pude, tengo algo que me marca y no puedo liberarme de el ni de sus recuerdos. Hice una locura acoto, ¿Una locura? Pregunté así es me dijo, ¿ tu nunca hiciste una locura por amor? , Hice muchas le respondí y rei, quiero enseñarte algo me dijo levantándose de la silla lentamente, se dio la vuelta y empezó a levantarse la blusa, lo que vi me sorprendió mucho, aparte de su piel extremadamente blanca, vi un tatuaje finamente hecho, era agradable a la vista, los colores vivos y resplandecientes bien combinados dejaban ver un hermoso tatuaje como si estuviese bordado en esa hermosa piel que tapizaba su cuerpo a la altura de la cadera en la parte baja de su espalda, unos hermosos motivos y símbolos eran adornados por rojas rosas y tallos verdes con punzantes espinas, y una leyenda un poco larga con hermosas letras góticas bien definidas dejaban leer un mensaje: “PABLO, TU ERES MI AMOR”, luego de mostrármelo dio un giro y volvió a sentarse diciéndome, ya ves estoy marcada y “ cagada”,yo solo atine a sonreír.



Esa es la razon, por la que solo me puedo enamorar de un hombre que lleve por nombre Pablo, me dijo, y no sé por que de inmediato imagine una escena intima en la que ella estuviera con un hombre que no se llame Pablo, que pensaría el pobre tipo y como reaccionaria al leer tremendo rotulo en la espalda de Diana, sería algo chocante que a ningún hombre creo que le gustaría experimentar tal situación, ¡pucha! Amiga la verdad no sé que decirte susurre , y borrar ese tatuaje es imposible, ya me imagino como debes de sentirte, pero déjame decirte algo que es lo que pienso y ojala te sirva de algo espero, lo que tienes que hacer es sincerarte con la persona con quien vas a salir, contarle la verdad y ver como lo toma, luego de eso y si él lo aprueba puedes iniciar una relación, lo otro y un poco mas fácil pero loco es seguir buscando a un Pablo,o en todo caso buscar al mismo Pablo que inspiro la leyenda de tu tatuaje, ¡estas loco! A ese no lo quiero ver nunca más, me respondió enfáticamente y muy segura de eso, pero esta bien , tomaré en cuenta tu consejo y ojala funcione, terminamos el helado y caminamos con dirección al paradero, de rato en rato le miraba la espalda y ella solo sonreía, ya pues no jodas me decía toda sonrojada, al cabo de un rato la embarque en un bus y se perdió entre los pasajeros y noté que mucho de ellos le miraban la espalda a la altura de la cadera y así se fue alejando con rumbo al sur de la ciudad.

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