sábado, 6 de noviembre de 2010

BUENAS NOCHES "DOCTOR"

Hace algunos años atrás, viaje a Jauja para disfrutar de mis vacaciones en ese hermoso lugar, gozar del aire limpio y puro, caminar por las campiñas de un clima saludable y visitar algún familiar y a uno que otro amigo, así lo hago cada vez que viajo a mi terruño, aquella vez me quedé por espacio de unas dos semanas, luego decidí regresar a Lima y fue justo el último dia de mi estadía allí que me pasó un hecho muy gracioso que a continuación les voy a relatar :




Esa noche tenía que viajar de regreso a Lima y compré mi pasaje en la empresa Sudamericano, para las diez de la noche, cuya agencia funcionaba en plena plaza de armas de Jauja. Luego de alistar mi equipaje me dirigí a la mencionada agencia mas temprano que de costumbre, ya que tenía que aprovechar el tiempo para poder cenar algo en algún restaurante y luego poder comprar algunos panes y bocaditos jaujinos cual es mi costumbre dada vez que viajo. A las siete de la noche ya estaba en la agencia, hable con mi amigo que era el encargado y deje mis cosas en la oficina y me dirigí a comprar algo por los alrededores, crucé la plaza de armas con dirección a la iglesia, al caminar escuchaba los sonidos de una banda de música que provenía del barrio La Samaritana, estaba distraído pensando en la música cuando logro ver a una persona en estado etílico que venía en sentido contrario al mio, al encontrarnos frente a frente esta persona me saluda muy respetuosamente y me extiende su mano la cual por respeto acepté, y pude apreciarlo más claramente, se trataba de un señor muy bien vestido con un terno azul y corbata roja, y en la mano izquierda sujetaba un maletín negro. Buenas noches “doctor” me saludó estrechando mi mano, y exhalando un aliento cervecero, como esta usted doctorcito preguntó, de inmediato intuí que el fulano me estaba confundiendo con otra persona que él conocía, la verdad yo nunca lo había visto y ni sabía quien era en realidad esta persona, no sabía que hacer y se me ocurrió seguirle la corriente.



El fulano siguió llamándome “doctor” me menciono su nombre el cual ahora no recuerdo, me hablo de unos casos legales, también algo de la municipalidad y leyes municipales lo cual yo ignoraba por completo, y atine solo afirmar y negar con monosílabas, hablamos por unos minutos en plena plaza de armas, luego de eso cortésmente me hizo la invitación para tomarnos “un par” de cervecitas, dude por un momento y para seguir la broma acepte gustosamente, mientras nos dirigimos a un bar me siguió hablando de litigios, entonces asumí que tenia que hacer el papel de un abogado, pero como era demasiado joven opte por la idea de hacerme pasar como estudiante de derecho en una universidad capitalina, ya sentados en una mesa y con las dos botellas de cerveza me pregunto mi nombre, le di un nombre falso por supuesto y seguimos en una tertulia amena y “dos mas” volvió a pedir, me preguntaba en que me especializaría y le respondí que seria tributarista, es mas le dije que estaba haciendo mis practicas en una empresa, emocionado me pidió mas datos, mi dirección y mi teléfono y esas cosas, la charla seguía prolongándose, yo miraba a cada rato disimuladamente el reloj, y el insistía con su ¡salud! “doctor”, al cual respondía con una sonrisa y levantando el vaso.



Ahora que lo recuerdo la charla me pareció simpática pero mi conciencia me traicionaba y me sentía mal engañando a tal sujeto, pero en fin fue él quien inicio toda esta confusión y seguimos hablando, “dos mas “ volvió a pedir y su embriaguez ya era notoria, estábamos en eso cuando una persona se acerca a la mesa, era un tipo también joven que al parecer conocía a la persona con la que estaba hablando, se saludaron y el borrachín me lo presentó y le dijo que yo era un gran abogado que había venido de la capital y que lo ayudaría en un caso, al ver al otro sujeto sobrio, hizo que le pusiera fin a la farsa, tomó asiento y los tres comenzamos a brindar, al cabo de un rato aproveché la oportunidad para poder salir de ese lugar, pedí permiso para ir a los servicios higiénicos, y el fulano dijo...... siga nomás “doctor”, me levanté y me dirigí al baño, luego de miccionar y lavarme la cara y mojarme el cabello, salí y en un descuido de las miradas de los presentes me dirigí hasta la calle y enrumbe hasta la agencia con pasos presurosos, ingresé a la oficina tomé mis cosas, agradecí a mi amigo y me subí al bus, ubiqué mi asiento me senté cómodamente y al cabo de unos minutos abandonaba Jauja con rumbo a Lima, me sentí con enorme culpa de haber dejado de esa manera a mi anfitrión, son cosas que pasan y cuando uno es joven le dan ganas de jugar una broma a cualquiera.



Prometí no volverlo a hacer. Aunque no estaría mal estudiar derecho me pregunté.















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