sábado, 22 de mayo de 2010

DIARIO EN UN MICRO


En estos días ir al trabajo en Lima es una odisea por el infernal tráfico que existe en la cuidad en las denominadas horas punta y lo peor es que ni siquiera existen vías alternas por ser una ciudad desordenada y no proyectada al futuro, el trasladarse en las mañanas es un verdadero vía-crucis por lo estresante del viaje y la hora que avanza implacable ponen los nervios de punta y las reacciones no se hacen esperar. Peor aun cuando el bus en que te trasladas esta totalmente atiborrado que lo comparo con un panal de abejas además del calor sofocante que hay en el interior del bus y los pisotones que tienes que soportar aparte de todos los olores internos y externos que tienes que aguantar. Salgo temprano con dirección a mi trabajo antes de las siete de la mañana estoy parado en el paradero esperando un bus que me traslade de Los Olivos en la panamericana norte hasta Surquillo al otro lado de la ciudad por la vía de evitamiento un largo viaje de casi dos horas me esperan, trato de buscar un bus casi vació para poder subir ya que odio los buses llenos y no me subo a uno lleno ni de vainas, trato de acomodarme para ir lo mas cómodo posible por que eso si asiento no hay, todos están ocupados y de suerte que encuentre uno vacío pero casi todo el viaje tengo que estar parado ya casi me acostumbre a eso, y observo el interior del bus y veo que están sentadas personas con caras soñolientas que cabecean en su sitio, Y sé que estos no van a bajar antes que yo y los envidio, a pocos metros mío observo a una vieja con cara de palo que esta profundamente dormida y con los cabellos húmedos y bien peinados con una enorme bincha dorada, a su lado un mocoso recién bañadito y con los cabellos húmedos cabecea tiene los audífonos de su ipod en las orejas y sostiene en sus manos una mochila, asientos mas atrás un gordo grasiento con pinta de norteño y los pelos trinchudos lee placidamente su Trome y de rato en rato dormita, al fondo un grupo de muchachos hablan cosas de su chamba con alguna que otra palabra soez festejan sus ridículas bromas, sin percatarse que al lado hay damas y algunos niños en fin respeto ya no hay, al frente mío una linda dama se maquilla es todo un ritual ver a una mujer maquillarse, ésta de rato en rato alza la mirada por que esa tarea le tomara casi todo su viaje, más adelante otra vieja bien abrigada esta también profundamente dormida y no la despierta nadie, trato de avanzar un poco mas y lo logro agarrandome como un pulpo de los pasamanos, mientras el cobrador sigue llamando gente para que suban voltea hacia nosotros y nos dice: A ver acomódense hagan espacio por favor al fondo hay sitio, volteo para ver el panorama y me encuentro con un mar de cabezas negras, plateadas y peladas no cabe un alfiler más pero el”cachaciento” cobrador sigue llamando y diciendo que al fondo hay sitio, un tío malhumorado le dice su vida al cobrador y yo le sigo al final todos le gritamos de todo y se escuchan risas yo me rio para adentro, doy una mirada a las personas sentadas y encuentro a una gorda de pelo largo que esta con los brazos cruzados pero bien dormida con la boca abierta, me dan ganas de darle una cachetada o de escupirle en la cara, me sonrío y el que está a su lado voltea para verla y también se sonríe y me hace una mueca graciosa,.mas atrás un pata habla por teléfono creo que estaba hablando desde que subí al carro su voz la escuchaba cuando estaba muy atrás todavía, estoy parado al lado de una señorita que también lleva puesto los audífonos y se escuchan los chasquidos en su oido.el bus sigue avanzando y escucho los sonidos de los teléfonos celulares, las voces, las murmuraciones, más timbres de teléfonos, las risas, el chofer enciende la radio y a esa hora suena” la hora del bolero” en una radio local, paradero a la vista, se detiene el carro bajan tres personas pero suben como diez, las puertas no se cierran miro hacia ellas y veo que la gente se empuja, se aplasta y ¡PUM! Las puertas se cierran estamos tan aplastados que parecemos sardinas en una gran lata. Avanzamos hasta dejar el lado angosto de la pista, pasando Acho él trafico se hace mas fluido por que las pistas son más anchas, acelera ,estamos avanzando en el siguiente paradero un buen numero de personas bajan por fin estoy mas aliviado y más fresco miro de reojo y los que están sentados son los mismos casi ninguno a bajado, la vieja y la gorda siguen durmiendo, la guapa chica sigue maquillándose, el gordo grasiento del periódico ya no esta a lo mejor se bajó, el de la mochila ya esta profundamente dormido, y entre mí me digo “estos viajan del primer al ultimo paradero que conchudos”.falta poco para bajarme el carro avanza y por fin el que esta a mi costado se pone de pie y me cede su asiento logro sentarme aunque sea por unos minutos casi nada ya me tengo que bajar el bus está ya despejado casi no hay gente parada y los que están sentados son los mismos y los maldigo pero sanamente : a las viejas, a la gorda, al del ipod, y a los otros, el pata del teléfono sigue hablando estupideces, mas de una hora hablando huevadas y tener que escucharlo, la que se maquilla se levanta creo que bajará junto conmigo, avanzo hasta la puerta delantera y en un asiento veo al gordo cómodamente sentado sosteniendo su periódico y bostezando, me sonrío..... se detiene el bus y me bajo apurado con mi lonchera en la mano, tengo que ir corriendo a tomar otro carro que me lleve a la puerta de mi chamba. Me urge llegar temprano y evitar una tardanza.

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