jueves, 27 de mayo de 2010

LA DESGRACIA DE MARIA


María es una chica provinciana que todavía no entiende como llegó a la situación en que se encuentra ahora, hace muchos años que dejó su pueblito y recuerda que solo era una niña cuando llegó a su tierra una señora a quien llamaba “tía” y luego de unos días ya estaba viajando con ella a Lima, aun recuerda el día en que su madre guardó en una bolsa plástica la poca ropa que tenía y se la entregó a la mujer encargándola que la trate bien y la cuide mucho, y ella con sus manitos levantadas quería abrazar a su madre y atenazarla para no soltarla nunca pero eso no paso y unas gruesas lagrimas como el aguacero que bañaba su chacra inundaron su rostro hasta llegar a sus labios y así a su tierna edad ,sí a sus once años María descubrió que sus lagrimas eran amargas.

Del trato de su tía no se puede quejar, al menos la trató bien pero a cambio de lo mucho que hacía en esa casa, siquiera tenía un plato de comida y un techo para cobijarse peor era nada, la estuvo pasando digamos que bien ,hasta que un día por culpa de unas amigas que la invitaban a pasear para luego llevarla a esas fiestas populares donde grupos chicheros deleitaban a la gente en locales del centro de Lima a los cuales se había acostumbrado a asistir todos los domingos, y sería en esos lugares donde su vida tomaría un giro total ojalá nunca hubiera conocido a esas amigas se decía ahora a sus diecisiete años.

Ahora María se encontraba sola, de sus padres hacía seis años que no sabía nada, se habían olvidado de ella, no la visitaron ni siquiera se molestaron en enviarle una carta, un saludo y mucho menos en visitarla, hasta pensó que la habían regalado y así se habían desecho de ella, su madre a lo mejor sufría pero su padre.... no creo, seguro que seguía trabajando para don Joaquín, pero más seguro era que estaba borracho y tirado en algún lugar de su pequeño pueblo tirándose toda la plata que le pagaban.

Está en las peores condiciones desde que su tía la boto a la puta calle, con una bolsa plástica llena de ropa y unos cuantos soles que ella había ahorrado, era todo lo que tenia aparte de los siete meses de embarazo que delataba su inflamado vientre, ese dia se puso a deambular por las calles, llegó al mercado y allí se encontró con Viky su amiga que trabajaba allí vendiendo verduras y al verla lloró, si lloró de impotencia, lloró de soledad, lloró de rabia de sentirse abandonada por todo el mundo, primero por sus padres luego por su tía, por sus “amigas” y después por el maricón de Hilmer el maldito pandillero que la embarazó.

Pero ahora están en el hospital del niño una fría mañana de Agosto, Maria y su inseparable amiga Viky están esperando en los pasillos del hospital a ser llamados para que atiendan a su niño de pocos días de nacido, ella está triste, meditabunda, y en sus brazos sostiene a su hijo sin pañales, con un viejo ropón y unos trapos que le sirven de frazada, lo abraza fuertemente como queriendo darle su calor, el bebe llora y sus gritos me parten el alma, yo que todo observo en la sala de espera de emergencia del hospital del niño y pienso en el ¡hijo de puta¡ de Hilmer , que tal nombrecito del “pendejo” éste, como quisiera tenerlo al frente mío para sacarle la mierda y hacerlo sufrir como sufre Maria y su hijo.

Al frente mío una señora también observa la desgarradora escena, se acerca y rápidamente entablan conversación las tres, pasan los minutos y hasta veo sonreír a Maria, me acerco discretamente y escucho algo de lo que están hablando, entre muchas cosas la dama esta prometiendo ayudar a María, con algo de pañales y algunas ropas que le promete regalar lo mas pronto posible, la señora saca un papel de su cartera y anota los nombres me Maria y de su hijo luego anota el número de un teléfono y se lo entrega a Viky para que si necesitaba algo solamente la llamara y ésta la ayudaría en lo que pudiera, las dos agradecen sonriendo, la dama en un gesto de ternura abraza a las dos muchachas y le entrega a Maria unas cuantas monedas que le ayuden a palear su grave necesidad, mientras el llanto de ese niño que esta en este mundo esperando ser reconocido por el maricón de su padre que en este momento seguramente estará robando en algún lugar de Lima para luego irse a drogar y emborrachar y después embarazar a otra humilde e ignorante chica.

Vuelvo a pensar en ese indeseable, en ese hijo de puta que a lo mejor se ríe de lo que pienso y en la desgracia de esa mujer y ese pobre niño que nada tiene en este mundo ni siquiera un apellido, la vida es una mierda murmuro en silencio. Mi hija a salido del consultorio con su madre y me sonríe, mi esposa me extiende la receta y me dirijo a la farmacia a comprar las medicinas, cargo a mi hija y nos dirigimos a la salida, paso por un costado de Maria, le doy una última mirada de lástima quizás y me alejo hasta la puerta con un nudo en la garganta.

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